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miércoles, 16 de febrero de 2011

La Berlinale da una cálida acogida a También la lluvia

La Berlinale acogió ayer el estreno internacional de la película de Icíar Bollaín "También la lluvia", un filme que une hasta tres narraciones en su seno y juega a comparar las injusticias de ayer y de hoy en América Latina.

El largometraje, que recibió una cálida acogida en Berlín, narra el conflicto en el que naufraga el equipo de rodaje de una película sobre Cristóbal Colón que se filma en Cochabamba (Bolivia), cuando estallan las llamadas "Guerras del Agua", una revuelta real acaecida en 2000 en esta ciudad por la privatización del servicio de distribución de agua.

"Esta película es básicamente un canto a la resistencia. Cuenta las 'Guerras del Agua', que es una de las pocas guerras que ha ganado una organización social en los últimos años. Fue una guerra con un planteamiento justo y se ganó", destacó el principal protagonista de la producción, Luis Tosar.

Pero no fue la única película latina en ser ovacionada. “Las malas intenciones”, de la cineasta peruana Rosario García Montero, fue otra que colmó las expectativas de los cinéfilos en Berlín.

“Estoy feliz, feliz, feliz, nunca había estado en una sala tan grande. Cuando vi la cola de gente que había yo pensé que vendrían a ver alguna película famosa, nunca me imaginé que tal cantidad de público venía a ver mi película y había muchos niños”, dijo visiblemente emocionada Rosario García Montero tras el estreno de su película en la Berlinale, el pasado domingo 13.

La cinta retrata a una niña de nueve años (Fátima Búntnix) que vive en los suburbios de Lima en el seno de una adinerada familia. Su madre está de viaje. Tiene chofer y ha quedado bajo el cuidado del servicio doméstico. En su soledad, los héroes de la patria pueblan su imaginación.

La Guerra del Agua
El guión de “También la lluvia”, a cargo de Paul Laverty, entrelaza de manera magistral la épica histórica del descubrimiento de América con el conflicto social boliviano y esboza terribles paralelismos, a la vez que pincela el carácter de los protagonistas, sus recovecos y contradicciones, y cómo el conflicto les obliga a posicionarse.

"Es fascinante la importancia de la historia. La gente sigue peleando básicamente por los mismos derechos básicos (como hace cinco siglos), pero ahora frente a un ejército moderno", señaló Laverty.

El peso del largometraje bascula entre la fuerza prosaica y magnética de Costa (Luis Tosar), el productor del filme sobre Colón, y el idealismo ingenuo pero comprometido del director de ese largometraje, Sebastián (Gael García Bernal), que realizan trayectorias inversas.

Tosar resaltó que aunque su personaje en un principio parecía ser "muy cabrón", es "justamente el que tiene una especie de redención" a lo largo de la película.

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