James Franco y Anne Hathaway aportaron la savia nueva, la espontaneidad y la frescura a los Óscar, aunque no pudieron mantener el mismo desparpajo durante las más de tres horas que duró una ceremonia sosa y predecible, cuyos mejores momentos llegaron de manos de Kirk Douglas y Sandra Bullock.
La gala comenzó con fuerza y energía, con el ya clásico empleo de los presentadores en situaciones que aparecen en las películas nominadas, y múltiples referencias a la audiencia joven, tan buscada por los productores.
“Acabo de ver a Marky Mark”, dijo la abuela de Franco, que apareció entre la grada, en alusión a Mark Wahlberg, mientras Hathaway bromeaba con Hugh Jackman, con quien protagonizó un número musical en los Óscar de hace dos años.
La Academia quiso rendir un homenaje a la historia del cine y para ello usó varios escenarios que recreaban los platós de “Lo que el viento se llevó”, la época del cine mudo, el Hotel Roosevelt (donde tuvo lugar la primera retransmisión televisada de los Óscar. en 1953) o el Teatro Chino, de Hollywood.
Pero, ya fuera por los excesivos números musicales (Randy Newman y la música de “Toy Story 3”; Mandy Moore y Zachary Levi, con “Tangled”; Florence Welch y A.R. Rahman, con “127 Hours”, y Gwyneth Paltrow, con “Country Strong”) o las innecesarias aportaciones creativas (un vídeo con remezclas de diálogos de películas), la sensación que quedó fue de cierto aburrimiento.
A pesar de ello hubo momentos para la risa con las aportaciones de Russell Brand, Helen Mirren, Hugh Jackman, Justin Timberlake (“Soy Banksy. Dios, qué bien me siento”), Scarlett Johansson, Matthew McCounaghey, Cate Blanchett, Kevin Spacey, Jeff Bridges y, especialmente, la pareja de “Sherlock Holmes”: Jude Law y Robert Downey Jr.
Aunque los momentos más celebrados fueron cosa de Kirk Douglas y Sandra Bullock.
Douglas, que apareció con bastón sobre el escenario a sus 94 años, bromeó primero con Franco: “Me alegro de que hayas salido de la cueva”, en alusión a su papel en “127 Hours”. Después sacó a relucir su vena de galán con Hathaway: “Estás preciosa. ¿Dónde estabas cuando yo hacía películas?”
Y continuó con su irónico sentido del humor: “Hugh Jackman se ríe. Todo el mundo en Australia cree que es gracioso, no sé por qué. Pero, miren a Colin Firth, no se ríe porque es inglés”, comentó antes de hacer sufrir hasta la extenuación a las actrices de reparto nominadas, alargando el momento de descifrar la ganadora.
“De verdad, de verdad, de verdad... ¡guau! Cuando lo veía por la televisión parecía jodidamente fácil”, afirmó la actriz Melissa Leo (“The Figther”), nerviosa, sobre el escenario.
En la recta final fue el turno de Bullock, que presentó a los actores nominados con brillantez.
“Javier, hola”, dijo en español. Después con Jeff Bridges: “Ya ganaste el año pasado, deja algo para los demás”. También con Jesse Eisenberg: “Aún me tienes que aceptar en el Facebook”. Con Colin Firth: “He oído que tu película también le gustó a la Reina, ¿eh?” Y con Franco: “A los niños les recogen tarde del colegio sus madres porque se quedan a verte en (la serie) ‘General Hospital’”.
Por su parte, Bardem entregó, ante la atenta mirada de una radiante Penélope Cruz, las estatuillas doradas al guión adaptado (Aaron Sorkin, “The Social Network”) y al guión original (David Seidler, “The King�s Speech”). Sorkin recordó el filme “Network”, ganador de ese galardón 35 años atrás, y Seidler explicó que es la persona más mayor en ganar en su categoría.
Asimismo, destacó la aparición de Billy Crystal, un clásico a la hora de presentar la gala. “Me han dicho que, como siempre, están apurados, así que... Aquí están los nominados a la mejor película”, bromeó cuando faltaba aún una hora por delante de ceremonia.
Y, por supuesto, momentos de emoción y sinceridad, como la reacción de Christian Bale al recoger su Óscar como mejor actor de reparto (“¿Qué diablos hago yo aquí entre ustedes?”); o el de Natalie Portman al hacer lo propio como mejor actriz (“mi pareja me ha dado el papel más importante de mi vida”), señalándose su barriga, con un embarazo muy avanzado.
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solo reconocimiento
Natalie Portman, quien recogió el galardón en avanzado estado de gestación, ganó su primer Óscar, aunque ya había sido candidata a uno de estos galardones en 2005 por “Closer”. Y fue el único premio que logró “Black Swan”.
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