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domingo, 27 de marzo de 2011

El boliviano que trabajó con Spielberg

Carlos Azurduy Fuentes fue felicitado por el famoso director, productor y guionista de cine norteamericano Steven Spielberg por su trabajo para un documental que realizó la Suvivors of the Shoah Visual History Fundation, (Fundación de Historia Visual de los Sobrevivientes al Shoah, el Holocausto).

Esta institución fue fundada en 1994 para recolectar testimonios visuales de los distintos sobrevivientes del genocidio llevado a cabo por el régimen nazi.

La entidad ha recopilado alrededor de 53.000 testimonios en todas partes del mundo. En Bolivia, Azurduy fue el encargado de recoger la memoria viva de aquellos sobrevivientes que terminaron tan lejos del mundo que conocían.

Si bien conocía la finalidad de su trabajo, así como a un empleador de carne y hueso, no supo, sino hasta casi tres meses después de haber terminado el proyecto, que las escenas que filmó eran parte de un megaproyecto que abarcaba a casi todo el globo y que encabezaba el mismísimo Spielberg.

Todo comenzó en 1999, cuando una amiga de Azurduy que trabajaba en el entonces Ministerio de Comunicaciones lo llamó porque se solicitaba gente experimentada para un trabajo importante de producción. La semana siguiente recibió una llamada en la que se lo citaba para una entrevista.

La entrevista salió bien y fue preseleccionado. El nuevo obstáculo fue un largo examen que exigía conocimiento técnico en producción audiovisual, así como manejo de información.

Al conocer que fue seleccionado, se le pidió hacer un presupuesto, rentar el equipo y empezar a trabajar. Fueron 22 entrevistas realizadas a gente de descendencia judía que había escapado de la persecución nazi hacia Bolivia. La lista de personas, así como las preguntas, fueron planteadas por la fundación.

El contrato contenía varias cláusulas explícitas, entre ellas, que no se quedara con nada del material y que mantuviera en silencio su participación por alrededor de tres años.

Ese tiempo ya ha pasado y ahora ya puede contar orgulloso sobre su “relación” con el mítico personaje de la producción hollywoodense.

Después de tres meses de haber acabado el trabajo, un día recibió una llamada a su casa en la que preguntaban por “Carlos A. Fuentes”. Al contestar, uno de sus hijos no reconoció el nombre y respondió que se habían equivocado de número. Lo mismo sucedió con otra llamada, hasta que contestó su esposa. Ella reconoció el nombre y, aclarado el malentendido, pasó a Carlos el teléfono.

“Hola, soy Steven Spielberg”

Carlos no pudo más que preguntar varias veces la identidad del personaje con el que hablaba antes de aceptar que sí se trataba de Spielberg. El creador de Indiana Jones le explicó que quería felicitarlo por su trabajo, ya que había superado las expectativas de la fundación, habiendo dejado atrás los trabajos presentados por varios países latinoamericanos.

Es así como después de esta sorpresa, llegó otra llamada en la que se le pedía que fuera a una casa en Calacoto, con urgencia. Llegó corriendo, en jeans y chaqueta, a una ceremonia en la que le dieron diferentes diplomas por su trabajo y una carta de felicitación firmada por el famoso director.

De cientista a productor

Durante la conversación telefónica que mantuvieron Spielberg y Azurduy, surgió la pregunta clave ¿cómo había logrado Carlos diferenciarse del resto? Él responde que todo se debió a su pasado de compromiso político, lucha y persecución.

La historia comienza en su niñez, en el pueblo de Vitichi, en Potosí, cerca a la frontera con Argentina. Allí vivían las hermanas de su abuelo, que lo acogían durante las vacaciones.

Una tarde, Carlos se había puesto a husmear entre las cosas de sus tías cuando encontró libros sobre la revolución cubana. Ese descubrimiento inocente, según cree, lo impresionó mucho y lo dejó marcado de ideales y cuestionamientos. Otro encuentro que lo marcó fue la visita del poeta Óscar Alfaro a su casa. Como fue compañero de cuartel de su padre, le regaló libros y le recitó algunos poemas.

Años más tarde, participó de la huelga de hambre contra el dictador Hugo Banzer Suárez.

Al estudiar ciencias políticas, fue su trabajo político como líder estudiantil el que lo llevó al campo audiovisual.

53.000

testimonios de sobrevivientes del Holocausto se recogieron en el mundo.

Fue nombrado director estudiantil del canal universitario. Fue allí donde aprendió gran parte de la producción audiovisual. Su trabajo en medios se prolongó durante 20 años, alejándolo del campo laboral en el que se especializó. Es así que durante las diferentes dictaduras sufrió persecuciones y detenciones.

Toda esta experiencia le sirvió para poder relacionar las vivencias de persecución de los judíos con las suyas. Y es así como define Carlos la diferencia cualitativa de su trabajo frente al del resto.

Por otro lado comenta que ha mantenido una relación estrecha con Spielberg y que incluso le ha propuesto algunos temas sobre Bolivia para trabajar, aunque aún no ha obtenido respuestas. “Tal vez en algún futuro, aparezca de mochilero y, con tanto caos, nadie se dé cuenta”, dice.

La fundación
# Obra En 1994, Steven Spielberg creó la Fundación Shoah, una organización sin fines de lucro para el registro de testimonios en formato de video de los sobrevivientes y otros testigos del Holocausto.


# Documentos Entre 1994 y 1999, la fundación llevó a cabo cerca de 53.000 entrevistas en 56 países y en 32 idiomas.


# Objetivo La misión de la fundación es apoyar proyectos en todos los ámbitos de la historia y la investigación sobre la Shoah , la educación y la transmisión, la memoria, la solidaridad y la cultura judía.


# Director Spielberg es uno de los directores más reconocidos en la industria del cine mundial y está entre quienes más han aportado al género de ciencia ficción.


# Labor Spielberg no es solamente reconocido por su trabajo como director, sino también por sus acciones de caridad para organizaciones de la Segunda Guerra Mundial y la Righteous Persons Foundation.

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