La gesta por la independencia americana, las actuales rebeliones del Norte de África y Medio Oriente, así como la Guerra del Agua en Cochabamba, tienen para Paúl Laverty algo en común: la resistencia y lucha de los pueblos oprimidos en demanda de su “dignidad y derechos”. Y esto se refleja en “También la lluvia”, película que escribió inspirándose en la sublevación regional que el 2001 se opuso a la privatización del recurso hídrico.
Tras su estreno el domingo en Pucara (zona sur), en función para los extras, la cinta dirigida por la española Iciar Bollaín se proyectó, con la presencia de su guionista y productores, ayer para invitados en el cine Center, donde, como en otros cines de la ciudad (Norte y Astor) y del eje troncal, se exhibirá comercialmente desde el jueves.
La más grande producción internacional realizada en Cochabamba y el país, que tuvo la participación de cerca de 4 mil actores y técnicos nacionales, se propone, señaló el cineasta escocés, la reflexión en torno a interrogantes como “¿quiénes son los dueños de nuestros recursos? o ¿cómo podemos tener una vida digna si no tenemos derecho al agua?”. Preguntas que, manifiesta el guionista (1957), son comunes “desde hace más de 500 años y en un mundo globalizado”, donde existe una profunda desigualdad en la distribución de la riqueza.
“Cuando hablé con las comunidades de base en Cochabamba, -dijo Laverty- me impresionó su visión. Decían que si iban a la calle a protestar, se iban a enfrentar al Ejército y a la Policía, que probablemente iban a usar la violencia. La gente de Medio Oriente tiene ahora el mismo dilema. Cuando los pueblos están buscando sus derechos, siempre hay sectores preparados para usar la violencia para mantenerlos como esclavos. Esto es muy universal”. Quien escribe guiones para el prestigioso director inglés Ken Loach (“El viento que agita la cebada”, “Pan y rosas”), dijo que, por lo anterior, “También la lluvia” tiene una trama “anticolonial”.
Con un español casi perfecto –y reconociendo la “larga y buenísima historia” del cine boliviano con nombres como Jorge Sanjinés y Jorge Ruíz-, Laverty no se cansó de alabar el trabajo del equipo nacional que trabajó en el largometraje recientemente ganador de tres premios Goya y prefinalista de los Óscar. Sostuvo que, si bien el rodaje tropezó con dificultades, “como grabar en la jungla (Chapare) en época de lluvia”, las mismas fueron superadas por un “fantástico” equipo de profesionales bolivianos –“el cásting hecho por Glenda Rodríguez y Rodrigo Bellott ha sido el mejor que he visto en mi vida”, expresó a modo de ejemplo.
El escritor, que por la tarde dialogó con estudiantes de audiovisual en el espacio mARTadero, realzó con mayor énfasis el concurso de los ciudadanos que lucharon en la Guerra del Agua (revuelta que expulsó a la transnacional Aguas del Tunari, durante el gobierno de Hugo Banzer como presidente y Manfred Reyes como alcalde). “La película está inspirada por la experiencia real del pueblo de Cochabamba, especialmente por las comunidades de base que han vivido la experiencia en carne propia. Sus consejos han sido fundamentales” sostuvo Laverty, sobre la historia de ficción protagonizada por Gael García Bernal (mexicano en el papel de un director de cine), Luis Tosar (español en el rol de un productor) y Juan Carlos Aduviri (boliviano que hace de líder sindical e indígena).
El guionista indicó que el proyecto nació a raíz de “La otra historia de los Estados Unidos”, libro del estadounidense Howard Zinn, fallecido en 2010 y a quien va dedicada “También la lluvia”. La publicación, precisó el cineasta, se inicia con la llegada de Cristóbal Colón al “Nuevo Mundo”, pero no describe al personaje como un “descubridor”, sino como un “hombre obsesionado con los esclavos, especias y la posibilidad de ganar mucho dinero”.
Laverty contó que, luego de escribir un guión de época, que no obstante tropezaba con dificultades como la imposibilidad de representar a los desaparecidos taínos (que enfrentaron primero a Colón), escuchó hablar de la Guerra del Agua. “Era la misma gente, con los mismos rasgos, luchando otra vez contra un Ejército moderno, ahora no por el oro, sino por el agua”, dijo. Por ello es que tomó la decisión de fusionar ambas historias, en la idea de lograr “una narrativa más compleja”.
La historia.
Entrevistas.
El guionista Paúl Laverty llegó a Cochabamba en 2005 para, a partir de entrevistas con vecinos, luchadores sociales, regantes y académicos (mencionó nombres como Abraham Grandydier, Fernando Salazar, Óscar Olivera y Omar Fernández) construir el texto de la cinta que narra las vicisitudes de un director de cine que, en pleno rodaje de una película sobre la conquista española, sufre los embates de los conflictos sociales en la región.
El equipo.
El productor español Juan Gordón (“Celda 211”) destacó ampliamente en el filme de Bollaín el papel de actores, técnicos y productores (Gerardo Guerra y Glenda Rodríguez) de Bolivia, país que, pese a tener “una industria incipiente y no contar con todo el equipamiento”, ofreció un personal “fantástico” para la filmación, al suplir “la falta de experiencia con mucha dedicación”. De manera especial, agradeció el concurso del pueblo Yuracaré que reside en el trópico cochabambino, la Novena División de Ejército, los miembros de Asicasur y la Defensoría del Pueblo de Villa Tunari.
¿Y por qué no se llegó al Óscar?
“Hollywood tiene fama de ser demócrata, pero los demócratas de Estados Unidos están a la derecha en cualquier país”. Así respondió el productor español de “También la lluvia”, Juan Gordon, consultado sobre sí, por su alto contenido político, el filme no llegó a estar entre los cinco candidatos a mejor película extranjera en los premios Óscar (la cinta dirigida por Bollaín llegó sólo hasta las nueve finalistas). El productor sostuvo que la categoría de los galardones estadounidenses suele ser “más atrevida”, razón por la que su largometraje “debería” haber estado en la última selección. “Y no es una opinión mía, -continuó- es una que estamos recibiendo continuamente de Estados Unidos. La película se estrenó allá hace cuatro semanas, nos está yendo muy bien, (…) estamos teniendo unas reacciones y una crítica en la prensa increíbles. Claramente la gente se siente un poco engañada de que la película no haya tenido un mayor reconocimiento”. Con todo, Gordon dijo que “También la lluvia” no se hizo en el afán de ganar premios “y por ello estamos contentos”. Recordó, sin embargo, que la película ganó el premio del público en la Berlinale (Alemania), al ser votada por más de 23 mil cinéfilos que la eligieron entre 53 cintas.
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