El antes y el después de las divas

Tenían la capacidad de hacer que tu corazón lata al compás de su caída de ojos. Sus escenas estremecían y sacaban suspiros dilatados. Pero fue la elegancia y sensualidad de estas damas las que conquistaron el mundo del celuloide entre las décadas de los años 1950 y 1970. La partida de Elizabeth Taylor, fallecida el pasado 23 de marzo, muestra el olvido que padecen estas estrellas del ayer. Al final, algunas optaron por el activismo, otras actúan de forma esporádica en el cine y las más se mantuvieron al margen de la vida pública.

El activismo movió a Liz Taylor (1932- 2011) a apoyar campañas contra el sida, utilizando su fortuna personal y el nombre forjado en el cine con títulos como Cleopatra, ¿Quién le tema a Virginia Wolf? y Gigante.

El mismo camino siguió la francesa Brigitte Bardot (1934). Símbolo sexual de mediados del siglo XX, pasó de las escenas eróticas a las manifestaciones. BB, como se la conocía en el écram, creó en 1976 la Fundación Brigitte Bardot para proteger a los animales en peligro. Poco queda de la belleza del film Y Dios creó a la mujer (1956), pero el corazón sigue grande.

Otras continuaron actuando, aunque esporádicamente. Lauren Bacall (1924) es una de las estrellas que ha regresado de la mano del célebre director danés Lars Von Trier, participando en los filmes Dogville y Manderlay. Von Trier también invitó de nuevo al mundo del cine a la francesa Catherine Deneuve (1943), en Bailando en la oscuridad.

La música y la comedia atrajeron a la italiana Sofía Loren (1934) —que actuó y cantó en Nine—; a la otrora Barbarela, Jane Fonda (1937) —que hizo de suegra de Jennifer López en Monster in low— , y a El cuerpo, Raquel Welch (1940), que combinó su actividad empresarial con su rol en Legalmente rubia.

En el último grupo está la húngara Zsa Zsa Gabor (1917) a quien el 2010 amputaron tres cuartas partes de su pierna derecha por una gangrena. Es que, humanas al fin, también han debido sufrir los embates de la vida.