Documental retrata a la comunidad judía en Bolivia

“No way to say goodbye” (No hay forma de decir adiós) es el título del primer documental sobre la comunidad judía en Bolivia, escrito y dirigido por Jonas Jacobs, un joven judío estadounidense que eligió el tema como tesis universitaria. El trabajo relata desde la llegada de los primeros judíos llegados al país, en 1939, hasta la situación actual de la comunidad y se presentará el miércoles, a las 19:00, en el Centro Simón I. Patiño.

El título del documental refleja, según Jacobs, la problemática actual de los jóvenes judíos pues si bien se sienten bolivianos por haber nacido en el país, sienten la necesidad de ampliar sus horizontes laborales y profesionales en el exterior; pero sobre todo necesitan formar parte de una comunidad judía practicante y numerosa para vivir plenamente su religión. Entonces, aunque la necesidad de partir sea fuerte, sienten que gran parte de sus raíces se queda en Bolivia, por eso es difícil decir adiós.

Cuando comenzó el Holocausto, Bolivia fue uno de los primeros países del mundo que permitió la llegada de emigrantes judíos. Gran número de judíos alemanes llegaron el país, unos con sus familias, otros a fundar familias.

Jacobs cuenta que encontró un solo libro, “Hotel Bolivia”, sobre la comunidad judía y el título se debe a que muchos judíos llegaban al país para analizar la situación del subcontinente y estudiar a qué otros países podían acceder.

Raíces bolivianas
Para conocer la vida de la comunidad entrevistó a tres generaciones (abuelos, hijos y nietos, los dos últimos nacidos en Bolivia) y se dio cuenta que hay mucho escrito sobre la generación del Holocausto, pero casi nada sobre los judíos actuales.

“Por eso quise saber qué sienten al tener ya sus raíces aquí, pero ver la necesidad de buscar mejores horizontes afuera, no por ser judíos, sino por ser jóvenes, al igual que muchos bolivianos que migran”, dice Jacobs.

Religión y familia
La comunidad judía actualmente es bastante reducida. En Cochabamba hubo un momento en que llegó a sumar dos mil personas y ahora apenas llega a 100. Esto se debe a que es difícil practicar su religión puesto que si bien tienen el orgullo de haber construido, en esta ciudad, la única sinagoga en Bolivia, no pueden celebrar ceremonias pues tendrían que traer un rabino desde Argentina, cosa que resulta muy costosa para unas pocas personas.

“No sólo está lo religioso. Incluso el hecho de formar una familia es difícil pues si una joven judía elige a alguien de la comunidad para casarse, con seguridad habrá otras que también estarán interesadas en él, talvez su propia hermana o su amiga”, dice Jacobs.

El documental de Jacobs también pone bajo la lupa los problemas enfrentados actualmente por muchas comunidades judías en todo el mundo pues también hay muchos jóvenes que pierden interés en su religión, hay diferencias generacionales y falta de una organización comunal. El film es un retrato íntimo de una comunidad en peligro, así como una búsqueda por definir una identidad judía moderna.

Necesidad espiritual

• “Para los jóvenes es más complicado porque se sienten 100 % bolivianos, pero les hace falta una comunidad religiosa practicante a la que pertenecer”, dice el documentalista judío Jonás Jacobs.

• Sin embargo, también existen judíos bolivianos a los que no les interesa practicar la religión en lo absoluto.

• La comunidad judía va desapareciendo en Bolivia y Jacobs dice que “hay más judíos en el cementerio que en las calles”.

• Algunos entrevistados ancianos dijeron sentirse más bolivianos que judío-alemanes.