Películas como Qué pasó ayer o Very Bad Things han rentabilizado las fiestas salvajes desde la perspectiva masculina, pero en ocasiones contadas se ha visto farras capitaneadas por mujeres como hace ahora Despedida de soltera, con unas desmelenadas Kirsten Dunst, Isla Fischer y Lizzy Caplan.
Ya en 1959, Jack Lemmon y Tony Curtis asistían atónitos a la dinámica festiva de toda una desinhibida banda femenina en el tren de Con faldas y a lo loco, de Billy Wilder, con las célebres guindas al marrasquino incluidas y las literas del vagón copadas de piernas perfectas entre las que se encontraban las de Marilyn Monroe.
Efectivamente, las mujeres saben pasarlo muy bien y correrse unas juergas de escándalo, pero el cine no lo ha mostrado con demasiada frecuencia y ahora parece resarcirse.
En Despedida de soltera, Fischer, Dunst y Caplan se ponen a las órdenes de otra mujer, Leslye Headland.
Sabiéndose exentas de las acusaciones de machismo, mezclando con inteligencia reivindicación y autocrítica y huyendo de toda moral para dejarse en manos del hedonismo, las cuatro se encargan de mostrar sin complejos a tres arpías envidiosas que quedan impresionadas cuando su amiga fea y gorda consigue comprometerse antes que ellas.
En su Despedida de soltera saciarán sus frustraciones y sus traumas, aunque ello ponga en peligro su amistad y la propia boda.
Kirsten Dunst asumiendo el rol de mujer implacable, Isla Fischer, en el de drogadicta descerebrada y Lizzy Caplan como romántica frustrada caminan hacia el desastre conviviendo con el sexo más patético, al más puro estilo de American Pie o Supersalidos, y sin escatimar en alcohol, tacos y estupefacientes.
Despedida de soltera está, inevitablemente, emparentada con la alabada La boda de mi mejor amiga, de la factoría Judd Appatow, de humor más sutil y mayor amargura, que fue nominada al Premio Oscar al mejor guión (de su protagonista Kristen Wiig y Annie Mumulo) y a la mejor actriz secundaria, Melissa McCarthy.
Borracheras, escándalos en el avión, escatología... Todo hilado con inteligencia y mucho humor heredado del Saturday Night Live que conquistaron a crítica y público, de igual manera que lo que consiguió Harmony Korine en el pasado Festival de Venecia, gracias al giro que dio a las pequeñas heroínas de Disney Selena Gómez y Vanessa Hudgens en Spring Breakers.
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