El pasado 3 de junio el periódico “El País” de España publicó un artículo acerca del cineasta boliviano Juan Carlos Valdivia bajo el siguiente rótulo: “El cineasta que adora a Evo Morales”.
La nota textual dice lo siguiente:
En Bolivia le consideran el cineasta del cambio político y social que vive el país andino desde la llegada a la presidencia de Evo Morales. Él no lo tiene tan claro, pero ni le asusta esa calificación ni la crítica. Es más, incluso la comprende. No en vano, Juan Carlos Valdivia, uno de los cineastas de mayor peso en Bolivia, confiesa en público su pasión por Evo Morales. “Adoro a Evo Morales. Es el mejor presidente que ha tenido nunca nuestro país. Estoy fascinado con el momento político que estamos viviendo. Es un proceso en el que nosotros como país podemos apuntar mucho más allá del simple panfleto político”, aseguró Valdivia en La Paz durante un encuentro de gente del cine celebrado en la Casa de la Cultura de la Embajada de España. Valdivia acaba de terminar un corto sobre Evo Morales, que forma parte del proyecto Short Plays, un filme colectivo en el que, coincidiendo con el Mundial de Fútbol de Brasil el próximo mes de junio, 31 realizadores muestran la grandeza de este deporte desde diferentes aspectos. En el largometraje, participan, entre otros, el mexicano Carlos Reygadas, el francés Vincent Gallo o el tailandés Apichatopong Weerasethakul. Su estreno coincidirá con la celebración de la gran cita mundial del fútbol.
Valdivia, nacido en La Paz y formado profesionalmente en México, donde comenzó su carrera como cineasta (Jonás y la ballena dorada y American Viso) regresó a su país de origen para comenzar una nueva etapa con Zona Sur, un retrato de la clase alta boliviana, a través de una familia, en un momento de grandes cambios sociales -filme con el que consiguió el premio a la mejor dirección y guion en el festival de Sundance y su proyección en el Festival de Berlín- y continuar con la más reciente Yvy Maraey (Tierra sin mal), un documental que muestra el patrimonio cultural de un pueblo a través del viaje de un realizador (el propio Valdivia) y un líder indígena con el objetivo de investigar para una película sobre el mundo guaraní. El punto de partida de este viaje es una imagen en movimiento filmada por un explorador sueco en 1910.
Hombre inquieto que no para de buscar nuevos caminos y de hacerse reflexiones sobre su carrera para acometer cambios, Valdivia, de 50 años, está últimamente muy interesado en los temas de identidad, en ese proceso de conocer al contrario y aceptarlo, como el que está viviendo Bolivia, tras la llegada al poder de Evo Morales, en diciembre de 2005. “Me fascina el personaje. Es un hombre intuitivo e inteligente que es consciente de la responsabilidad de ser el primer presidente indígena de la historia de Bolivia. Él dice que tiene que ser el mejor presidente de Bolivia porque si no jamás un presidente indio volverá a ser elegido”, asegura Valdivia, que acaba de terminar el cortometraje sobre Morales para los Mundiales de Brasil. “Evo Morales juega a diario al fútbol. Si no encuentra rivales, lo hace con su equipo de seguridad. Cuando va de visita por el país organiza siempre partidos. Está obsesionado con inaugurar canchas y es un gran defensor de la importancia del deporte”, añade el realizador, que conoció al presidente boliviano tras el encargo de Brasil.
El corto, con el título Cambio de juego, tiene una duración de cuatro minutos y medio, y está ahora en fase de posproducción. “Es lúdico”, dice Valdivia sobre su proyecto, “muy en el espíritu del Mundial. Creo que Evo Morales va a llamar la atención por su pasión por el fútbol y por el ejemplo que da a los jóvenes. Ójala que el efecto de los cientos de canchas que ha inaugurado por todo el país, sea que regresemos al Mundial”. En sus viajes con él en avión y en los partidos de fútbol, Valdivia ha podido penetrar más en la personalidad de este hombre nacido en el Altiplano boliviano. “En mi país venimos cargando con una imagen muy anacrónica, con un vestuario muy viejo. Las culturas indígenas tienen otra noción del tiempo. Para ellos, el futuro está detrás y el pasado delante. Saben de la importancia de recuperar su herencia cósmica para poder mirar al futuro con un ojo puesto siempre en el pasado. En este sentido, Morales está decidido a reinventar el país. Es todo un soñador y como es tan terco y obstinado, seguro que lo consigue”, añade Valdivia quien, a pesar de esta pasión actual por el presidente, no oculta que todo puede cambiar. “¿Y si no porqué le he puesto a mi productora el nombre de Nómada?”.
DATOS
- Valdivia ha dirigido los largometrajes bolivianos Zona Sur (2009), American Visa (2005), protagonizados por Kate del Castillo y Damian Bichir, y Jonás y la Ballena Rosada (1996), y la producción mexicana El último evangelio (2000).
- Inició su carrera en México donde produjo la película “Jonás y la Ballena Rosada”, que hace una década atrás marcó el inicio del nuevo cine boliviano.
- En octubre del pasado año anunció la producción de “Tierra Sin Mal”, documental en forma de ficción respecto a la cultura guaraní.
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