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domingo, 8 de diciembre de 2013

Los aviones en el cine silente boliviano



Las investigaciones y ensayos que se han hecho en Bolivia con la intención de aportar a la historiografía del cine nacional son, en definitiva, piezas que proponen una historia general que se va construyendo —en su mayoría— a través de trabajos cronológicos. Las bases de la memoria cinematográfica del país se encuentran en el papel, en los textos publicados sobre el desarrollo del séptimo arte en esta geografía compleja.

Al menos cuatro libros son imprescindibles a la hora de pensar la historia de nuestra cinematografía: Historia del cine en Bolivia (Gumucio Dagrón, 1982), La aventura del cine boliviano (De Mesa, 1985), La campaña del Chaco-El ocaso del cine silente boliviano (Susz, 1990) y El cine de la Nación Clandestina (Espinoza y Laguna, 2010). En esta lista se puede ahora incluir a Los aviones en el cine silente boliviano, del crítico Claudio Sánchez (foto).

Con la intención de presentar una pequeña revisión histórica sobre dos de las máquinas que han revolucionado el mundo, y siguiendo la pista del desarrollo del cine y la aviación durante 1920 y los primeros años de 1930, Sánchez se detiene en la presencia de los aviones dentro de las imágenes en movimiento que se han producido en el país. Primero, como un elemento a ser filmado y, posteriormente, como un instrumento al servicio de las propias filmaciones.

Entre la exaltación del símbolo y su presencia para la construcción de mensajes a favor de la propaganda del Estado, y como un estudio sobre el periodo en el que se suceden los primeros experimentos argumentales, el libro se convierte en una pieza fundamental a la hora de pensar el cine silente en Bolivia y la región. Un aporte siempre necesario a la delicada y frágil memoria del país, no sólo en su dimensión cinematográfica, sino también social y política.

Para obtener mayor información sobre la producción del séptimo arte, visitar el portal http://www.cinemascine.net.

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