A sus 61 años, Kim Basinger recurre al cine europeo para volver a llevar sobre sus hombros el peso de una película y el resultado es The 11th Hour, un drama que condensa la filosofía por la que se rige la actriz: “En la vida, lo que no es difícil no merece la pena”, dijo a Efe.
“Es, sin duda, el proyecto más arriesgado de mi carrera”, afirmó la ganadora del Oscar por Los Ángeles al desnudo (1997).
“Fue una experiencia brutal a nivel físico, emocional y mental. Un papel de extremos y de retos que”, añadió, “requería gran coraje y que me obligó a buscar muy dentro de mí”.
“Fue un regalo en toda regla. Un gran viaje”, apostilló la actriz.
The 11th Hour, que está dirigida y escrita por el danés Anders Morgenthaler y se estrenó el pasado viernes en EE.UU., cuenta la historia de una brillante mujer de negocios que, sin embargo, no consigue alcanzar su mayor deseo: convertirse en madre.
Tras sufrir varios abortos y aceptar que es demasiado mayor para quedarse embarazada, decide emprender una peligrosa misión para hacer su sueño realidad.
Basinger, que dio a luz a su hija, Ireland, a los 41 años, sólo tuvo que recordar su propia experiencia personal para encontrar la inspiración que requería este papel.
“Fui madre por sorpresa”, admitió la artista.
“Ni siquiera estaba segura -explicó- de que pudiera tener hijos. Estaba en medio de una relación difícil -con su marido de entonces, Alec Baldwin-, así que no lo buscaba; simplemente ocurrió. Pero no veo esas situaciones como dificultades, sino como oportunidades”.
“Siempre supe que saldría adelante. Tenía confianza en mí misma, aunque fuera a ser una madre soltera. No busco la negatividad, sino las aventuras y los retos. En la vida, lo que no es difícil no merece la pena. Y lo mejor que he hecho jamás ha sido dar a luz a Ireland”, manifestó Basinger, para quien los hijos vienen al mundo “con un mensaje”.
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