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sábado, 20 de septiembre de 2014

Directores indígenas estrenan sus filmes

Un indígena guarayo cumple su servicio militar en un cuartel de El Alto y es obligado a enfrentar los conflictos sociales de octubre de 2003 o la denominada Guerra del Gas. Sin embargo, se niega a disparar a la gente y reivindica su origen indígena.
Ésa es la trama de la película El soldado guarayo, dirigida por Samuel Pérez. Este trabajo es uno de los filmes realizados por directores indígenas y que fue estrenado, en el marco de la Pre Cumbre Continental de Comunicación Indígena Originaria Campesina, que termina hoy, en el Museo de Etnografía y Folklore (MUSEF).
"Es la historia de un joven guarayo que se resiste a matar a la gente en octubre de 2003. Por eso es maltratado por los militares”, comentó Pérez, quien incursiona en el mundo audiovisual desde 2001.
En el encuentro participaron más de 150 comunicadores indígenas originarios campesinos de Bolivia. El evento comenzó el miércoles pasado, en más de cinco espacios de La Paz, como el MUSEF, los auditorios del Banco Central y la Vicepresidencia. Se organizaron conferencias, talleres y ferias culturales. Participaron cineastas indígenas de países como Chile, Ecuador, Perú y Colombia.
Otra de las cintas estrenadas en el encuentro es Lazos de sangre, de la directora y comunicadora quechua Sandra Cossío. "Abordo el tema de la discriminación que uno tiene a sus propias raíces”, comentó.
El filme narra la historia de Úrsula, la abuela que no quiere reconocer su propio origen y se enoja con su hija porque la joven decidió casarse con un campesino. El hombre, quien es dirigente de su comunidad, reaparece en la vida de la abuela cuando es reprimido por un grupo de universitarios que agredieron a indígenas en mayo de 2008, en Sucre.
Cossío contó que el cine indígena emergió en Bolivia hace más de 16 años. "Antes nuestro trabajo era invisible, recién en estos últimos años se ha empezado a difundir nuestros audiovisuales”, dijo.
En el encuentro se proyectaron también los filmes El Kallawaya y El Ipaye. Los trabajos fueron coproducidos por el Centro de Formación y Realización Cinematográfica (CEFREC) y la Coordinadora Audiovisual Indígena Originaria de Bolivia (CAIB).

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