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viernes, 13 de marzo de 2015

Preguntas sobre la polémica de 50 sombras...

Es evidente que la mala publicidad, es la mejor publicidad. Sobre todo en casos en los que el morbo está de por medio, como en “50 sombras de Grey”, una trilogía erótica (así se promociona), de la autora E.L. James que retrata el bondage, dominación, sumisión y sadomasoquismo y cuya adaptación al cine se estrenó hace un par de semanas, con una recaudación de más de 40 millones de dólares, es decir, sea o no una buena película, ha liderado la taquilla en varios países como Estados Unidos.

Pero no es la película o la trilogía literaria las que nos llaman la atención, es más bien el debate suscitado alrededor de estos productos de entretenimiento. M de Mujer sondeó a algunas mujeres entre 25 y 45 años, que han leído la trilogía, para conocer su opinión respecto al fenómeno mediático de “50 sombras de Grey”.

Ya que han circulado en redes sociales, algunas “cartas” de madres preocupadas porque sus hijas lean la trilogía o vean la película, aquí surgen nuestras primeras interrogantes, ¿Una película o novela es capaz de tirar por el caño la educación familiar?

Si ese fuera el caso, entonces ¿Estaríamos rodeados de idiotas que imitan a sus héroes de ficción? ¿Tropezaríamos con personas disfrazadas de Spiderman en la calle, o las veríamos en terrazas de edificios a punto de lanzarse?

Una aparente revolución

La psicóloga Patricia Ramírez, comenta en su blog que “50 sombras”, ha sido una verdadera revolución de la fantasía sexual. Miles de mujeres queriendo ser las protagonistas del libro y tener un Christian Grey en sus casas. Y muchas son las mujeres que tímidamente preguntan en la consulta que si lo que han leído, y que además les ha excitado, es correcto imitarlo o no. “Mujeres que no han disfrutado del sexo de forma plena, tal y como se describe en el libro, encuentran que podría ser la solución para sentirse igual de satisfechas. No solo leen ellas el libro, sino que están deseando que sus parejas lo lean y se aprendan el papel del protagonista de memoria”, dice la psicóloga.

Pero nuestras lectoras consultadas afirman que la lectura de esta trilogía, no ha cambiado en nada su vida sexual, en este punto coinciden plenamente. Entonces surgen más preguntas. ¿Cuándo se disfruta una fantasía sexual, las mujeres son capaces de reconocer que es una fantasía? Entendamos que la fantasía no es real… ¿Pensar que las mujeres no comprenden la diferencia, no es acaso, subestimar su inteligencia y criterio?

Disfrutar el sexo

Según Ramírez, la idea de que el sexo se puede disfrutar y mucho, es un punto rescatable en “50 sombras”. “Disfrutar no significa tener relaciones de sumisión, sino que uno puede explorar, cambiar de postura o introducir elementos en el juego sexual que convierta la relación en algo más seductor y atractivo. El libro habla de seducción, cortejo, sorpresas, atracción, glamour, velas, tener tiempo para la pareja, baños relajantes de espuma, deseo. Todos estos conceptos llevan a la mujer a la excitación”, dice la psicóloga.

Además, comenta que el sexo sumiso no está ni bien ni mal. Depende de si te apetece probarlo, de si tu pareja comparte el mismo gusto y de establecer una serie de límites para que produzca placer y no dolor, afirma Ramírez.

¿Por qué te gusta la trilogía?

Lo cierto es que entre tanto debate, “50 sombras de Grey” se ha vuelto aún más popular, quizás la calidad literaria, que ha sido tan criticada, y la calidad de la película, más criticada todavía, vayan bajando toda la publicidad de esta historia, pero es interesante saber qué atrae a las lectoras de E.L. James.

“Me gustó porque, para una persona con criterio formado, me pareció novedoso desde lo que es la sexualidad para nosotros. Pero creo q es para personas con criterio bien formado, ya que de lo contrario, puede distorsionar el concepto de lo que es el sexo y la sexualidad”, dice Cecilia de 42 años.

“Es la típica historia de cuento de hadas pero con un giro….el erotismo. Creo que a la gente le gusta leer historias que llenen vacíos en su vida. En este caso, Christian Grey aparenta ser el hombre perfecto, es inteligente, guapo, millonario y filántropo (sabemos que este tipo de hombres no están a nuestro alcance, por eso queremos sobrellevar la decepción por lo menos imaginando una “posible realidad”). Lo mejor de todo es que este hombre pone el mundo a los pies de Anastasia (una mujer inteligente, tímida, con muchas inseguridades y por si fuera poco, virgen cuando lo conoce)”, comenta Carola (27 años).

¿Qué deberíamos evitar?

La psicóloga Patricia Ramírez, afirma que se debe evitar el control. “No es nada atractivo que tu pareja controle lo que comes, lo que te pones, lo que haces, incluso tus horas de sueño. Ningún hombre ni ninguna mujer debería dejarse someter al control de otra persona. Muchas parejas jóvenes hoy en día entienden los celos como una muestra de amor. Y esto es una grave equivocación. Los celos son una conducta limitante que impide que cada uno se comporte con libertad y normalidad. Los celos son fruto de la inseguridad de la persona o de la idea de posesión, pero nunca del amor”, explica.

Además comenta que la idea de que el sexo solo se asocie a la conducta sumisa, es errónea. “Jugar a esposarte, taparte los ojos, el ‘spanking’ (el uso controlado de las palmadas suaves en las nalgas) pueden estar genial siempre que sea algo consensuado. Muchas personas encuentran erótico la idea de ser dominados sexualmente, pero siempre que se sepa delimitar qué es un juego sexual y qué es la vida y convivencia fuera de este juego. Querer ser dominado en el sexo no es sinónimo de querer serlo en la vida cotidiana”, afirma.



¿Qué daño crees que puede causar esa lectura?

“Ninguno, la persona tendría que ser demasiado inmadura o tonta para que este libro afecte su vida de manera negativa. Más bien creo que puede ayudar a que las mujeres se sientan más libres en cuanto a sexualidad. (El tema amo-sumisa es un convenio y arreglo mutuo…hombre y mujer disfrutan, debe ser consensuado)”, dice Patricia (32 años).

“Creo que lo máximo que puede generar es un disgusto, pero porque no te gustó el libro, lo cual es totalmente válido, pero nada más. A mí me gustó el libro y no soy machista ni sadomasoquista. Más bien me considero una persona feminista”, comenta Isabel (36 años).

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