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jueves, 12 de marzo de 2015
Dirigida y producida por Tim Burton: Retrato de una mentira
LA HISTORIA
Walter Keane (Christoph Waltz) alcanzó una notoriedad asombrosa al revolucionar la comercialización y accesibilidad del arte popular con sus enigmáticas pinturas de niños abandonados con grandes ojos. Sin embargo, la verdad terminaría saliendo a la luz: la obra de Keane no fue creada por él, sino por su esposa, Margaret (Amy Adams). Al parecer, los Keane vivieron una mentira que fue creciendo hasta alcanzar proporciones gigantescas. Retrato de una mentira se centra en el despertar de Margaret como artista, en el fenomenal éxito de sus pinturas y la tumultuosa relación que mantuvo con su marido, catapultado a la fama mundial mientras se llevaba todo el crédito por el trabajo de Margaret.
REALIDAD Y FICCIÓN
Alexander, que ha escrito ya toda una serie de biopics, comenta sobre la responsabilidad del guionista hacia los hechos: “Es una obligación un tanto peliaguda, porque nuestro objetivo fundamental es escribir un buen guión que vaya a ser una buena película. Nos documentamos mucho. Puede llevarnos todo un año escribir un primer borrador de un biopic, y la mitad de ese tiempo lo pasamos documentándonos y entrevistando a distintas personas. Intentamos que esté todo correcto. Sin embargo, tiene que encajar en dos horas. Evitamos combinar demasiados personajes o cambiar demasiado las fechas. Es muy distinto cuando la persona real está viva y estás colaborando con ella. Queríamos colaborar con Margaret y se convirtió un poco en un tira y afloja, porque tenía ciertos requisitos y cosas que le resultaban importantes. Cuando leyó el guión, se sintió conmovida y dijo: ‘Esa es mi vida’”. “Es un género que realmente nos encanta”, prosigue Karaszewski. “Nos gusta mantenernos tan fieles a la verdad como sea posible. Nos atraen esta clase de historias poco convencionales, porque la realidad suele superar a la ficción, y nos permite contar un montón de cosas muy interesantes y extrañas que no podríamos contar si se tratara de una obra puramente de ficción. Estas historias son casi como una historia alternativa”.
EL DIRECTOR
“Tim es perfecto para esto”, asegura Alexander, “porque, como diría cualquiera, comprende a los marginados. Pero esa es un poco la respuesta fácil. La idea de los artistas y la lucha para expresar tus propios sentimientos a través de tu arte es muy importante para él. Es fabuloso con los actores y tiene un sentido excelente del tono. No pretende alegrar las cosas, tan sólo intenta contar la historia y conseguir las mejores interpretaciones posibles. Esta no es una película de gran presupuesto, y todos la estamos haciendo porque nos encanta. No disponíamos de millones para recrear San Francisco a principios de los 60, así que Tim tuvo que ser muy sensato con sus decisiones y ha quedado precioso”.
Etiquetas:
Directores de Cine
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