ARGUMENTO
En el invierno de 1820, el buque ballenero de Nueva Inglaterra Essex fue atacado por algo que nadie podía creer: una ballena de tamaño y voluntad impresionante, con un sentido casi humano de la venganza. El desastre marítimo auténtico que provocó inspiraría la novela Moby-Dick de Melville. Pero esa novela solo contaba la mitad de la historia. En el corazón del mar (Heart of the Sea) revela lo que ocurrió después, cuando los supervivientes del buque llegaron a una situación límite y se vieron obligados a hacer lo impensable para permanecer vivos. Sometidos a grandes tormentas, al hambre, al pánico y a la desesperación, esos hombres se cuestionaron sus creencias más arraigadas, desde el valor de sus vidas hasta la moralidad de su trabajo, mientras el capitán busca la dirección en mar abierto y su primer oficial sigue buscando vencer a la gran ballena.
DETALLES DE PRODUCCIÓN
En el corazón del mar, está protagonizada por Chris Hemsworth como el primer oficial veterano del buque Owen Chase; Benjamin Walker como su inexperto capitán; George Pollard; Cillian Murphy como el segundo oficial Matthew Joy; y Ben Whishaw como el novelista Herman Melville, cuyas investigaciones sobre ese hecho 30 años más tarde ayudaron a que la historia saliera a la luz.
La película también está protagonizada por Tom Holland en el papel del joven marinero Tom Nickerson, y Brendan Gleeson como el mismo hombre, 30 años más tarde. El actor español Jordi Mollà es el capitán de otro buque, el Archimedes, que intenta avisar al Essex de lo que se le avecina.
El ganador del Oscar, Ron Howard dirige esta película, basada en el best seller de Nathaniel Philbrick sobre el auténtico y dramático viaje del buque ballenero Essex.
SOBRE EL NAUFRAGIO QUE INSPIRÓ MOBY DICK
La cinta En el corazón del mar narra la travesía del Essex, hundido por un cachalote en 1820.
Se llamaba Owen Coffin, cuyo apellido significa ataúd en inglés, y fue el primer sacrificado de la tripulación. Antes de él, los hombres del Essex habían agotado casi toda el agua, galletas y alimentos. También, deshidratados tras tres meses en alta mar a bordo de sus botes salvavidas, habían bebido su propia orina y aprovechado de comerse los cadáveres de cuatro tripulantes muertos por inanición. Por eso, cuando le llegó el turno a Coffin, el hambre era tan grande que sólo quedaba comerse entre ellos y elegir al azar al desafortunado.
Los sombríos sucesos de los tripulantes del barco ballenero Essex forman parte de la leyenda marítima del siglo XIX. Según el libro En el corazón del mar, el naufragio fue al siglo XIX lo que el Titanic significó para el XX. Derribado y hundido por dos golpes en la proa de un enfurecido cachalote de 26 metros en noviembre de 1820, el Essex inspiró a Herman Melville para escribir Moby Dick. El autor se nutrió de los relatos de Owen Chase, primer oficial del buque, y de conversaciones con Thomas Nickerson, mozo de cabina. Los detalles más escabrosos de tal odisea, sin embargo, los dejaría escritos el propio Nickerson y no serían descubiertos hasta 1960. A partir de ellos es que Nathaniel Philbrick desarrolló su obra En el corazón del mar.
La travesía de los marinos del Essex llega ahora al cine a través de la versión que Ron Howard realizó a partir de la obra de Philbrick. La película es una gran producción con un presupuesto sobre los 100 millones de dólares y fue filmada en Islas Canarias.
La historia del Essex, que zarpó de la isla de Nantucket (frente al estado de Massachusetts) en un cálido verano de 1819, fue una tragicomedia de equivocaciones. Los errores y la mala fortuna se sucedieron: el barco era viejo y demasiado pequeño para arponear ballenas y dos días después de salir fue dañado por un torbellino en el Atlántico. Las tensiones en la tripulación fueron pan de cada día y los conflictos entre el oficial Chase y el capitán Pollard recrudecieron cuando ya frente a las costas de Chile seguían sin hallar ballenas. En ese momento se tomó la infausta decisión de enfilar hacia el norte, siguiendo el rumor que a la altura de las Islas Marquesas sí había cetáceos. En efecto, tras un año y tres meses desde la salida en Nantucket, los hombres encontraron donde festinar los arpones. Casi al mismo tiempo que el baño de sangre en altamar, Chase dio cuenta que un cachalote de inusuales proporciones (26 metros, el mismo largo que el Essex) se dirigía impasiblemente hacia la proa del barco. Con apenas dos golpes lo destrozó.
En la película de Howard se detalla la embestida y también las penosas circunstancias posteriores: repartidos en tres botes, los 22 marinos emprendieron rumbo hacia el sur, buscando llegar a las costas de Chile que quedaban a 3.700 kilómetros de distancia.
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