Carrie Fisher tenía solo 20 años cuando se estrenó "Star Wars" y el inmediato y gigantesco éxito de la película, unido a su desorden bipolar, la llevó a una espiral de drogas de la que tardó muchos años en salir, pero pese a todo, siempre estuvo agradecida al personaje de princesa Leia.
"La gente quiere oírme decir que estoy harta de interpretar a Leia y que ese personaje arruinó mi vida. Pero si mi vida era tan fácil de arruinar, entonces merecía ser arruinada", dijo en 2015 en una entrevista con la web The Daily Beast.
En una visita a Australia en 2010 para promocionar el documental "Wishful Drinking", basado en un libro escrito por la actriz y con claro carácter autobiográfico, Fisher aseguró que empezó a consumir cocaína en 1980 durante el rodaje de "The Empire Strikes Back".
Lo hizo, aseguraba, para mantener el ritmo, no porque le gustara, pero su adicción la llevó a visitar regularmente las clínicas de desintoxicación e incluso sufrió una sobredosis.
En el libro "Wishful Drinking" (2009), Fisher relató abiertamente y sin pudor sus problemas con las drogas y con su enfermedad, un trastorno bipolar que le diagnosticaron cuando era una adolescente y que le costó mucho tiempo asumir y entender.
LA INOLVIDABLE
Hay papeles que acompañan y abrazan a sus actores toda la vida y Carrie Fisher, que falleció a los 60 años en Los Ángeles tras sufrir un infarto hace cuatro días en un avión, quedará en la memoria de los cinéfilos para siempre como la inolvidable y galáctica princesa Leia de "Star Wars".
Su valentía y bravura en defensa de las fuerzas rebeldes contra el malvado Imperio, su característico peinado de rodetes y su apasionado romance con Han Solo (Harrison Ford) fueron los puntos más destacados de la princesa Leia, un papel que lanzó a la fama estelar a Carrie Fisher y del que, a la larga, nunca podría escapar.
La intérprete, que había retomado su carismático rol en el exitoso relanzamiento de la saga con "Star Wars: The Force Awakens" (2015) y cuya participación en "Star Wars: Episodio VIII" (2017) estaba confirmada, había presentado recientemente "The Princess Diarist", un libro en el que relataba su experiencia y diversas curiosidades y secretos acerca del rodaje de "Star Wars".
Carrie Fisher nació el 21 de octubre en Beverly Hills (EE.UU.) con la sangre del espectáculo corriendo por sus venas ya que era hija del cantante Eddie Fisher y la actriz Debbie Reynolds.
Sus primeros pasos en el mundo de la interpretación los dio como estudiante de arte dramático en la Royal Central School de Londres y como parte del elenco de "Irene" (1973), un musical de Broadway que protagonizaba su madre.
Su debut en el cine llegó de la mano de Warren Beatty, que durante mucho tiempo tuvo entre ceja y ceja el proyecto de la película "Shampoo". Finalmente la acabaría dirigiendo Hal Ashby y se estrenó en 1975 con Beatty y Julie Christie como protagonistas y Fisher en un rol secundario.
Por aquellos años, el joven cineasta George Lucas, que había adquirido prestigio por el buen rendimiento de "American Graffiti" (1973), trataba de sacar adelante un ambicioso filme de ciencia-ficción en el que casi nadie de la industria de Hollywood confiaba.
Para el papel de la princesa Leia, que sería el único rol femenino con verdadero peso en la trilogía original de "Star Wars", sonaron los nombres de Amy Irving o Jodie Foster, pero fue Carrie Fisher quien finalmente se metería en el set de rodaje junto a Mark Hamill (Luke Skywalker) y Harrison Ford (Han Solo).
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