No es un juego apto para cualquiera. No sólo el de la ouija, sino el de hacer cine de terror. Ouija: el origen del mal, llega dos años después de Ouija, un filme que hizo temblar la taquilla y a los espectadores con un miedo básico y casi adolescente: despertar espíritus tenebrosos. La continuidad estaba cantada.
Los que sí la tienen clara en estos temas de entretenimiento puro y miedo duro son los productores de Platinum Dunes, con Michael Bay a la cabeza. La empresa nació en 2003 con un catálogo de muchas remakes, y se han convertido en expertos en traer a la vida viejas historias que parecían muertas, para un cine comercial que siempre necesita de narraciones aterradoras... porque el público lo demanda.
Allí están La masacre de Texas, que en 2003 versionó un filme de 1974; Terror en Amityville, que en 2005 rescató otro clásico homónimo de 1979; Carretera al infierno (The Hitcher), que en 2007 hizo revivir un filme de 1986; Viernes 13, que fue el renacer de la saga que empezó en 1980; o Pesadilla en la calle Elm, que en 2010 reversionó el clásico de Wes Craven de 1984, sobre el enigmático Freddy Krueger.
Miedo
Ouija: el origen del mal, es un thri- ller sobrenatural en el que los protagonistas deben enfrentarse a sus miedos más aterradores cuando despiertan los poderes oscuros de espíritus antiguos. En Ouija (2014), todo giraba en torno de Laine y Debbie, que de pequeñas jugaron con la ouija, pero los espíritus volvieron para atormentarlas durante su adolescencia.
En el caso actual, todo empieza en la década de 1960 en Los Ángeles con una viuda que trabaja realizando sesiones de espiritismo truchas con la ayuda de sus hijas pequeñas. Tras el uso imprudente de la tabla para contactar a un padre recientemente fallecido, se despertará un ser maléfico procedente del otro lado y al que sólo ellos pueden devolver a su origen... después de atormentar con gusto a la familia y a los vecinos.
Para salvar a la menor de las hermanas de la peligrosa posesión y mandar de nuevo al demonio al inframundo, intentarán hacer todo lo que esté en su mano.
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