El documental Nana, basado en registros audiovisuales que realizó Luciana Decker de la trabajadora del hogar Hilaria Huaycho se estrena en Santa Cruz, como parte de la competencia del Festival Internacional de Cine Fenavid. La proyección se realizará el lunes 24 de octubre, a las 20:00, en la Casa de la Cultura de la capital oriental.
El Fenavid comenzó el pasado jueves y concluirá el 26 de octubre. Este año, en la muestra oficial del festival, se proyectarán películas provenientes de 34 países. Durante el encuentro se realizará el proyecto Santa Cruz 100x100, una plataforma de formación cinematográfica con diferentes actividades.
El filme Nana se estrenará oficialmente en La Paz el próximo 10 de noviembre, en la Cinemateca Boliviana. La historia que toca la película es quizás común, "la curiosidad por el otro, por una alteridad establecida por diferencias de clase (Hilaria es la empleada de la familia) y de cultura (Hilaria es una mujer aymara)”, explicó el académico y crítico paceño Mauricio Souza.
"Felizmente para los espectadores, la ‘cercanía’ que Decker persigue no es sólo un tema -el de su afecto a una mujer aymara mayor-, sino sobre todo una forma: su cercanía es la de la cámara y del micrófono, que se aproximan al cuerpo y a la voz de la Nana, como queriendo tocar el cuerpo de una madre”, añadió.
Con una duración de 66 minutos, el documental es la ópera prima de Luciana -quien fuera de sus inclinaciones por el cine, en el que se desarrolla de manera autodidacta- estudia Antropología y es parte del conjunto de mohoceño Muruqu.
"No sé realmente cómo se puede definir si uno es una directora de cine. Para mí tiene que ver con creer en lo que uno está haciendo y poder convencer a gente que te ayude y crea en ti, directa o indirectamente”, comentó Luciana, quien es una de las primeras estudiantes en presentar un largometraje de la Escuela Popular de Cine Libre.
La realizadora de 22 años no tenía la intensión de hacer una película, comenzó registrando diferentes aspectos de su vida diaria con una cámara de mano desde el año 2012. De todas sus grabaciones nació Nana. El proyecto recibió también el apoyo de otros cineastas.
Miguel Hilari, quien es parte de la Escuela Popular de Cine Libre, junto a Gilmar Gonzales, Joaquín Tapia y Simón Avilés convencieron a Luciana de que su relación con Hilaria era una historia que debía convertirse en un retrato cinematográfico. Así la película fue tomando forma.
El equipo se reunió en varias sesiones de trabajo en las que se revisó todo el material grabado y se montó secuencias, mientras la directora continuaba grabando.
La película tuvo la exhibición de un primer corte en el Festival de Cine Radical, donde generó un intenso debate no solamente por su narrativa y estética, sino también por la temática.
"No pensé que iba a estar tan bueno el debate. No imaginé que se iban a decir todas esas cosas.
De hecho, me di cuenta que la proyección es algo muy importante en el proceso de hacer una película. En el debate entendí más, sobre cosas que no nos dábamos cuenta y muchas personas aportaron con sus miradas personales ”, afirmó Luciana.
El equipo de trabajo resaltó que Nana es un ejemplo de la apuesta por nuevas formas de hacer cine, indicaron que el formato digital es una excelente manera de abaratar costos que ha alterado fundamentalmente las posibilidades de encarar un rodaje y deberían ser más exploradas en Bolivia.
El documental fue parte de los laboratorios DocuLab en Guadalajara, México y TransLab en Lima, Perú. Los próximos meses será parte de la selección oficial del Festival Transcinema (Perú) y el Festival Pachamama (Brasil).
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