La película 'Kubo and the Two Strings', estrenada en agosto, es un ejemplo de cómo las impresoras 3D y las nuevas cámaras con control de movimiento mejoran el cine de animación.
Si bien no es tan popular como en los años 60, el cine de animación en stop-motion nunca ha desaparecido de las pantallas, como lo prueba la película Kubo and the Two Strings, estrenada en agosto.
Esta técnica de animación, en la que se aparenta el movimiento de figuras estáticas al moverlas ligeramente, fotografiarlas y luego reproducir estas imágenes en sucesión, se ha beneficiado de los nuevos avances tecnológicos, como las impresoras 3D, las cámaras con control de movimiento y los efectos creados en computadora.
Este clip revela cómo se crea la ilusión de movimiento en las figuras principales de la película Kubo and the Two Strings, y también se aprecia el monumental volumen de trabajo artesanal que se requiere.
Laika no está sola en su interés por la animación stop-motion, pues Aardman Animation (creadores de Wallace & Gromit y Shaun the Sheep, entre otros) y realizadores como Tim Burton y Wes Anderson han realizado películas con esta técnica.
Estos realizadores y estudios mantienen viva una técnica de animación artesanal, con una gran tradición en el cine, pues data del cine mudo y contó con los aportes de grandes pioneros como Willis O'Brien, quien animó King Kong (1933); Ray Harryhausen, creador de algunas de las figuras en stop-motion más célebres del cine; los checos Jirí Trnka y Jan Svankmajer; y el estadounidense Phil Tippett, autor de la secuencia de los AT-AT en The Empire Strikes Back (1980).
El cineasta Vugar Efendi, quien es reconocido por sus ensayos visuales en Vimeo, editó un video muy interesante que muestra le evolución de la técnica de stop-motion desde 1900 hasta 2016. Sólo se echa de menos que dejó por fuera las producciones televisivas del estudio Rankin-Bass.
En el video se aprecia que las películas más recientes, el movimiento es más realista y sutil, y que las expresiones son más variadas, pues emplean impresoras 3D para imprimir centenas de rostros distintos, lo que antes sólo podía hacerse a mano.
Además, elementos complejos de reproducir en stop-motion, como el agua o la lluvia, ahora son diseñados en computadora e incorporados luego en la composición final de la película.
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