Traseri Impulsive, La Subida y la Caída de la Emperatriz romana, Casa de los Sueños, Tres Hijas, entre muchos otros titulos pornográficos, forman parte de la oferta discreta que hacen los vendedores de películas piratas en el mercado.
Los denominados piratas saben que, junto a las cintas de producción nacional y las de estreno, las pornográficas son las que corren el riesgo de ser decomisadas en los diferentes operativos que realiza, por lo general, la Intendencia Municipal.
Es así que los vendedores tienen algo de cuidado en la comercialización, porque saben que el resto de las películas de humor, romance, terror y ficción, entre otras, pueden comercializarlas abiertamente, pese a que las leyes del Cine y de Derechos de Autor bolivianas los prohibe.
Producto de esa lucha parcial contra la piratería, sólo en 2011 y en Cochabamba, la Intendencia decomisó más de 8 mil copias piratas, un 90 por ciento de ellas con contenido pornográfico y el resto de diferentes géneros cinematográficos.
En 2012, la cantidad de copias piratas decomisas superó las 17 mil. En tanto, este año la cifra secuestrada apenas bordea las 2.500 copias, según la Intendencia de Cercado.
El intendente de Cochabamba, Ricardo Barriga, reconoce que con apenas 30 hombres no puede combatir a la piratería. Sin embargo, asegura que para la institución es importante impedir la venta de películas pornográficas y las de producción nacional, porque sabe que daña a la sociedad y a los cineastas bolivianos.
En mayo, este medio reveló que 7 de cada 10 adolescentes detenidos por violación sexual, confesaron que consumían pornografía y que sólo pensaban en repetir las imágenes que habían visto.
Y es que en las copias con contenido pornográfico no sólo actúan jóvenes o adultos, sino que aparecen niños e incluso animales.
Las cintas de pornografía infantil suelen tener un precio mayor a las de género de humor o ficción. Por lo general, cuestan entre 8 a 10 bolivianos, claro, dependiendo el lugar de venta.
La Policía asegura que por esas razones le declaró la “guerra” a la pornografía. En esa su tarea, en junio pasado, en un operativo aprehendió a cinco personas y secuestró unos mil DVD con contenido pornográfico.
Los acusados fueron imputados, por primera vez, por el delito de Violencia Sexual Comercial, mismo que está tipificado en el Código Penal y fija una sanción de 5 a 8 años de privación de libertad.
Los aprehendidos fueron llevados ante un juez, quien determinó enviar a sólo uno al penal de San Antonio. En tanto, determinó medidas cautelares para tres, y el otro se declaró culpable y se sometió a un juicio abreviado.
Ese es el primer y único caso en Cochabamba en el que un pirata está recluido.
De ese hecho ha pasado un poco más de un mes, y la venta de este género sigue en las calles cochabambinas, pero de manera discreta.
Asimismo, las autoridades no han realizado otros operativos que permitan sancionar a quienes hacen negocio con la piratería de películas.
El justificativo, cada vez más común, es que la gente no alcanza o no existen denuncias específicas para actuar.
Por la venta de los demás géneros cinematográficos, las autoridades sólo callan.
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