En Suburbicon tenemos por un lado una comedia de humor negro, comedidamente bárbara, con trasfondo criminal. Por el otro vemos elementos de noir retro o neo noir por el periodo tratado, los Estados Unidos de los años cincuenta, un homicidio y la presencia de un investigador de seguros. Entre ambos tonos y géneros, la visión de uno de los conflictos más importantes de aquellos años, la segregación racial.
Parecería que lo último corresponde a George Clooney, cuya obra como director se caracteriza, aunque solo parcialmente, por la mirada social al pasado y presente estadounidense: la caza de brujas en Buenas noches, y buena suerte, los primeros años de la Gran Depresión en Ella es el partido (Aunque en clave de screwball comedy) y la corrupción política en Los idus de marzo.
Del mismo modo, el tono humorístico y la mezcla de géneros serían responsabilidad de los guionistas del filme, Joel y Ethan Coen. En todo caso, debe recordarse que no es un guion original escrito ahora (La relación entre los Coen y Clooney siempre ha sido muy buena y estrecha), sino que fue ultimado en la segunda mitad de los ochenta. De ahí que no solo sea deliberadamente caricaturesco en todos los personajes y algunas de las situaciones, sino que tenga el tono de un cartoon: los Coen lo escribieron casi al mismo tiempo que Arizona Baby.
Clooney ha rescatado pues una historia urdida en otro contexto social, político, económico y cinematográfico. Ha actualizado algunos modelos sin cambiar la época en que acontece la acción con la ayuda en el nuevo guion de otro de sus colaboradores más estrechos (El actor y también director Grant Heslov) y ha respetado la tonalidad del cartoon tanto en la confección de varias secuencias como en la banda sonora de Alexandre Desplat, quizá demasiado evidente en este sentido.
El resultado es una mezcla de tendencias, algo que también es muy del gusto de Clooney, una estrella de Hollywood que, como director, no quiere ser encasillado de ninguna forma: su propuesta más arrojada en este sentido continúa siendo su debut tras la cámara, Confesiones de una mente peligrosa, escrita por Charlie Kaufman y resuelta entre diversas propuestas estilísticas y argumentales.
A tenor de la trayectoria en calidad de realizador de Clooney, Suburbicon sería su película más "clásica", o definible, simpática o limpia de toda impureza, tan amable como en el fondo lo es su última colaboración con los Coen, ¡Ave, César!, y una forma de mostrar la segregación racial limando otras asperezas. Un ejercicio de estilo, también, aunque este concepto ya no se estile.
A favor: la apuesta por la mezcla de géneros y tonos.
En contra: que esa misma mezcla le reste personalidad.
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