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domingo, 3 de diciembre de 2017

La batalla de los sexos Librando batallas personales y complejas

En la estela de la revolución sexual y del auge del movimiento feminista, el partido de tenis celebrado en 1973 entre la campeona mundial femenina Billie Jean King (Emma Stone) y el ex campeón masculino y tramposo habitual Bobby Riggs (Steve Carell), fue anunciado como La batalla de los sexos y se convirtió en uno de los acontecimientos deportivos de mayor audiencia de todos los tiempos, alcanzando la cifra de 90 millones de espectadores en todo el mundo. A medida que la rivalidad entre King y Riggs fue subiendo en intensidad, fuera de la pista cada uno estaba librando batallas más personales y complejas. La implacablemente reservada King no sólo era abanderada de la igualdad, sino que además luchaba por aceptar su propia sexualidad a medida que su amistad con Marilyn Barnett (Andrea Riseborough) iba evolucionando. Y Riggs, una de las primeras celebridades hecha a sí misma de la era de los medios, lidiaba con los demonios de su ludopatía a costa de su familia y de su esposa, Priscilla (Elisabeth Shue). Juntos, Billie y Bobby ofrecieron un espectáculo cultural cuyo eco rebasó con mucho las pistas de tenis, desatando discusiones en dormitorios y salas de consejo.

SOBRE EL FILME

1973 fue un año decisivo en el curso de la historia de EE.UU.: el lanzamiento de la revista Ms., la aprobación del Título IX, la ratificación por parte del Congreso de la Enmienda de Igualdad de Derechos y la sentencia del Tribunal Supremo en el caso de Roe contra Wade. Pero, a pesar de todo ello, las mujeres seguían luchando para –simplemente– conseguir una tarjeta de crédito a su nombre. Entonces ocurrió algo que rompería un tipo distinto de lanza en favor de la igualdad; algo que llegaría justo al corazón de la cultura popular. Fue descaradamente llamado La batalla de los sexos: un partido individual de tenis entre la estrella femenina entonces en alza, Billie Jean King, de 29 años, y el antiguo campeón masculino Bobby Riggs.

Mientras 90 millones de espectadores de todo el mundo permanecían en vilo pegados a sus asientos, el enfrentamiento entre Bobby y Billie Jean estaba destinado a resultar surrealista y a estremecer al mundo a partes iguales. Cuando el árbitro cantó “juego, set y partido”, algo nuevo había surgido: una época en la que el deporte ya no estaba separado de la política y el cambio social, sino que formaba parte de ambos.

El bombo que se dio al encuentro, el espectáculo en que se convirtió y la búsqueda de la igualdad que sigue inspirando, todo ello cobra vida en La batalla de los sexos. El equipo de directores formado por el matrimonio Faris- Dayton (Ganador del Premio de la Academia con Pequeña Miss Sunshine) examina un momento en que el cambio social estaba encarnado por dos personas complejas. Dayton y Faris reunieron a la ganadora del Oscar, Emma Stone, en un papel de una exigencia física y emotiva distinta a cualquiera al que se hubiese enfrentado hasta entonces, y al candidato al Oscar, Steve Carell en su personaje más complicado: el de Bobby Riggs, celebridad mediática hecha a sí misma.

EL DATO

Stone en un principio fue seleccionada para el papel de Billie, pero su agenda la forzó a dejar el proyecto, fue reemplazada por Brie Larson pero ella se salió cuando la agenda de Stone le permitió regresar; los actores principales tienen casi la misma edad que la que tenían los dos deportistas cuando se enfrentaron en la vida real.

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