El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu recibió su Oscar especial por la obra Carne y Arena en una ceremonia a la que estaba previsto que acudan, entre otros, sus compatriotas Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Gael García Bernal.
Iñárritu se alzó con el Oscar al mejor director, a la mejor película y al mejor guión original por Birdman, en 2014. También consiguió el Oscar al mejor director un año después por El Renacido, en 2015. Por su parte, Lubezki ganó el Oscar a la mejor fotografía durante tres años seguidos por las cintas Gravedad, Birdman y El Renacido.
Iñárritu recogió el galardón junto a su socio, el director de fotografía Emmanuel Lubezki, “en reconocimiento a una experiencia narrativa visionaria y poderosa”, según indicó la junta de gobernadores de la Academia de Hollywood en su anuncio del pasado 27 de octubre. “Han abierto nuevas puertas a la percepción cinematográfica”, dijo el presidente de la Academia, John Bailey.
Iñárritu y Lubezki unieron sus talentos para construir, durante cuatro años, una experiencia artística en la que la realidad virtual y el simbolismo sitúan al espectador en el corazón mismo de los inmigrantes indocumentados que cruzan a Estados Unidos desde México.
Basándose en los testimonios de varios de estos inmigrantes, Iñárritu, que presentó el trabajo en la pasada edición del Festival de Cannes, ideó un proyecto artístico que va más allá de una mera instalación o exposición.
Esta obra hiperrealista coloca al espectador en medio del desierto de Sonora, donde comparte el drama de un grupo de indocumentados que, liderados por un “coyote”, un traficante de humanos, intentan ingresar en territorio estadounidense mientras agentes de inmigración tratan de arrestarlos.
Iñárritu y Lubezki recogieron la estatuilla dorada durante la celebración de la gala de los Óscar honoríficos en la sala Ray Dolby Ballroom, del Hollywood & Highland Center.
En ese evento, la Academia entregó los premios al actor canadiense Donald Sutherland, a la cineasta belga Agnés Varda, el guionista y director estadounidense Charles Burnett y el director de fotografía neoyorquino Owen Roizman.
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