PRESENTACIÓN
En vísperas de la I Guerra Mundial, Zúrich y Viena son el marco de una oscura historia con trasfondo sexual e intelectual. Un método peligroso , basada en acontecimientos reales, sigue las turbulentas relaciones entre el incipiente psiquiatra Carl Jung, su mentor Sigmund Freud y Sabina Spielrein, la inquieta y preciosa mujer que les separa. A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino, decidido a traspasar todos los límites.
Esta exploración de la sensualidad, de la ambición y del engaño llega a su momento cumbre cuando Jung, Freud y Sabina se reúnen antes de separarse definitivamente y cambiar la dirección del pensamiento moderno.
Un método peligroso está dirigida por David Cronenberg, a partir de un guión del oscarizado Christopher Hampton, adaptado de su propia obra teatral “The Talking Cure”.
La actriz Keira Knightley, nominada por la Academia, protagoniza la película en el papel de Sabina Spielrein, con Michael Fassbender como Carl Jung, y Viggo Mortensen, también nominado por la Academia, como Sigmund Freud. Vincent Cassel es Otto Gross, y la recién llegada Sarah Gadon encarna a Emma, la esposa de Jung.
DEL ESCENARIO A LA PANTALLA
Un método peligroso empezó siendo un guión a mediados de los años ochenta. El oscarizado guionista Christopher Hampton estaba muy interesado en el psicoanálisis y decidió documentarse acerca de las relaciones entre Jung, Freud y Sabina, por lo que se desplazó hasta Zúrich para estudiar el historial de la paciente en el hospital Burghölzli. “Eran pioneros, el psicoanálisis era una teoría revolucionaria”, dice el guionista. “Abría muchos armarios y tiraba muchos tabúes. A finales del siglo XIX aparecieron grandes corrientes que abrieron una nueva forma de pensar en la sociedad”.
Christopher Hampton acabó desarrollando el material en una obra de teatro, “The Talking Cure”, que se estrenó con éxito en el National Theatre de Londres, con Ralph Fiennes en el papel de Jung. Unos años después, el aclamado cineasta David Cronenberg le pidió al guionista que adaptara la obra para el cine. “La obra de teatro de Christopher Hampton me pareció un filón que no podía dejar de explotar para llevarlo a la gran pantalla”, explica el director. “Esta historia de discrepancias emocionales, ensombrecida por la cercanía de la I Guerra Mundial, me permitía imaginar dos relaciones intensas e inextricablemente entretejidas. El hecho de que los personajes fueran brillantes figuras reales, y que el triángulo formado por Jung, Freud y Sabina tuviera mucho que ver con el nacimiento del psicoanálisis me pareció irresistible”.
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