Buscar
lunes, 21 de octubre de 2013
‘Yvy Maraey, Tierra sin mal’
Yvy Maraey son dos palabras con la sonoridad honda de la lengua guaraní, escucharla pronunciada con serenidad nos conduce inexorablemente al alma de un pueblo. “Tierra sin mal”. Es, en definitiva, la utopía guaraní construida durante un milenio. Yvy Maraey es ahora también el nombre de una película que intenta un descubrimiento, el de las miradas mutuas, la idea de encontrar al otro en las ópticas de un guaraní y de un blanco (karai en la lengua del pueblo chaqueño). Guaraní y karai encontrarán en la diferencia distintas ópticas de un mismo mundo, de la vida, a la vez que construirán una compleja amistad, entre tensiones y guiños, en una travesía por el espíritu de un pueblo y por los espíritus de dos individuos.
La película Yvy Maraey es una búsqueda personal y colectiva, algo más que un guión, que una historia, que una obra de ficción dentro de otra. Es la necesidad de encontrar una parte esencial de la complejidad de una nación, Bolivia, multiplicada en varias naciones, dos de ellas, la guaraní y la ayoreo (pueblo íntima y paradójicamente ligado al guaraní a lo largo de la historia), unidas a través de una peripecia vital.
Si de verdad Juan Carlos Valdivia tiene un compromiso con su comunidad, la boliviana, su desafío era trascender la obra creativa personal y ser parte de la experiencia de guaraníes y ayoreos. Valdivia lo consigue con gran sensibilidad y respeto, pero sin renunciar nunca a su propio yo. En muchos sentidos Yvy Maraey recobra en su historia una parte de las cosas de todos los días, de la cotidianeidad de un pueblo.
El protagonista, la narración, la película en suma, se convierte en un instrumento que contribuye a que el tiempo sea recobrado a partir de la memoria colectiva, desde los saberes, habilidades y capacidades de pueblos cuya vitalidad requiere ser preservada para el futuro. No —como podría suponerse por la reconstrucción idealizada del mundo descubierto por Nordenskiold— a partir de la antropología, o la peligrosa taxonomía de quien colecciona y mira con ojos fríos, sino desde un hoy vivo cargado de mitos, voces, ecos, preguntas que llegan desde el otro lado del espejo de la historia.* Escrito por el expresidente Carlos Mesa, éste es un fragmento de un texto que estará disponible completo en un libro que Cine Nómada prepara sobre ‘Yvy Maraey’
Etiquetas:
Cine Boliviano
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario