La incertidumbre y la desilusión se apoderan de los seguidores de Dragon Ball Z, tras anunciarse la postergación, por tercera vez, del estreno en Bolivia de la película Dragon Ball Z: la batalla de los dioses.
“La cinta aún no llega, incluso nos ofrecimos ir a recogerla a México pero se negaron. No vamos a dar más fechas hasta no tenerla en nuestras manos”, explica Esteban Morgado, programador del Cine Center respecto a la cancelación del estreno, que estaba previsto para el jueves 31. La película se estrenó el 30 de marzo en Japón y en septiembre llegó a países vecinos.
Los seguidores de la serie de anime, que ya tenían poleras listas para hacerse notar en el estreno, expresaron su molestia ante la situación. “Esto merma nuestras ganas de ver la película en el cine. Estoy seguro de que muchos seguidores, que tenían la versión japonesa de la película en sus manos, sacrificarán la experiencia con tal de verla de una vez”, indica José María Paredes, que además de ser seguidor de la serie desde sus ocho años, fue quien consiguió el link para descargar la cinta, que narra en japonés la gran batalla entre Gokú y el Dios de la destrucción. ¿Se puede ser más fanático que eso? Las siguientes historias demuestran que sí.
Fieles hasta la médula
Paredes (24), Aarón Yuly (26) y Marcelo Calderón (25), son ingenieros de sistemas, además de tener la misma profesión, comparten el gusto por la serie creada por Akira Tonyama en la década de los 80.
“Empecé a ver Dragon Ball a mis ocho años. Me enganchó porque te enseña a superar las adversidades y a ser proactivo. Gokú siempre venció al enemigo”, dice Yuly. “A mí me atrajo la aventura, los personajes y la tecnología”, indica Paredes, que como anécdota recuerda que se levantaba a las 6:00 para ver el programa.
Colecciones
El trío de seguidores ha invertido tiempo y dinero para nutrir sus colecciones. “Tengo juguetes que no se consiguen fácilmente. Son figuras valiosas, sobre todo porque empecé a coleccionarlas en la época de universidad, ya que cuando era niño, a mi papá no le gustaba darme dinero para que las adquiera”, cuenta Calderón.
Yuly confiesa que colecciona videojuegos y pósters, y se jacta de tener las 14 películas que han salido inspiradas en Dragon Ball. Su colección tiene un valor estimado de $us 1.000.
Ellos coinciden en que es difícil encontrar objetos de colección, por lo que recurren a los mercados, a sus amistades en el exterior y a internet para adquirir piezas coleccionables. Las figuras de segunda mano cuestan entre Bs 15 y 150, mientras que las originales, entre Bs 100 y 200.
La espera, ¿desesperará a los fanáticos? Pronto lo sabremos
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