La 71ª edición de la Muestra de Venecia arrancó ayer con una comedia amarga sobre el lado oscuro de la fama y la popularidad, Birdman. La inesperada virtud de la ignorancia, del mexicano Alejando González Iñárritu, quien compite por el León de Oro.
La película del director mexicano, autor de Amores perros, 21 gramos y Babel, logra con mucho humor negro describir el precio de la celebridad en un mundo obsesionado con Facebook y Twitter.
La película, con una música eficaz y un ritmo angustiante, cuenta con la magnífica actuación de Michael Keaton, en el papel de Birdman, un superhéroe envejecido que no acepta el anonimato, y Edward Norton, intérprete de un arrogante y exitoso actor de teatro, dos personajes que se enfrentan a sus propios egocentrismos, miedos y límites. Entre lo surreal y lo real, entre la metáfora y la crítica, la película es densa, con un estilo audaz y por momentos agobiante. "Es la primera vez que uso ese estilo narrativo. Tenía terror. Es que estoy convencido que hay que arriesgar, hay que sentir miedo, sino no se va para adelante”, dijo González Iñárritu, quien filmó sólo planos secuencias largos, sin interrupciones y en orden cronológico.
"Quería que el público se sintiera como el personaje, que viviera el esfuerzo claustrofóbico de su mediocridad, sin lograr jamás superarla, oscilar entre ambición y desesperación. Así es para todos. Todos tenemos un Birdman dentro”, añadió.
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