Tras nueve años de haber estrenado Sena Quina, su última película como director, el cineasta ítalo-boliviano Paolo Agazzi, retoma el mando con Corazón de dragón, el nombre tentativo de un documental largometraje que trata la poblemática del cáncer infantil en Bolivia. La cinta, que se encuentra en proceso de grabación, espera estrenarse a finales de año o principos de 2015 y llegar a difundirse en salas de cine y en circuitos alternativos.
¿Por qué marca su regreso con un documental?
En los últimos años hubo un boom a nivel internacional de este género, inclusive algunos no quedaron relegados a los circuitos alternativos, como Michael Moore con sus famosos documentales de denuncias sobre armas y otros, que entraron a las salas de cine. Es un trabajo apasionante, muy diferente al de un largometraje argumental.
¿Qué descubrió al adentrarse en esta problemática?
El cáncer infantil es un problema muy doloroso, involucra a toda la familia, los casos rurales son los más complicados, porque cuando un niño se interna en el Hospital del Niño de La Paz debe estar acompañado por un familiar y hemos visto a pequeños que se han quedado sin el padre o la madre, porque estos tenían que cuidar a su hermano. Socialmente es muy grave la enfermedad.
¿Los bolivianos tienen posibilidades de vencer a este mal?
Tienen si se acierta en el diagnóstico a tiempo, si lo tratan de la forma correcta y si la familia, que tiene un rol fundamental, respeta los tiempos y es rigurosa en la atención del niño. Es un largo camino por recorrer.
¿Qué hospitales recorrió?
Estamos tocando casos de diferentes ciudades, de hospitales con un departamento de oncología que no estén afiliados a la Caja. Nuestro punto de partida fue el Hospital de Niños de La Paz, porque ahí llegan de todas partes, eso nos permitió dar un panorama muy amplio sobre el espectro del cáncer infantil.
¿El contenido es trágico?
Como se trata de un proceso muy doloroso, estamos intentando enfocarlo en una perspectiva positiva, haciendo énfasis en algunos casos que han tenido buenos resultados.
Entonces, ¿el mensaje es esperanzador?
Queremos dar un flash de cuál es la situación actual en Bolivia sobre esta enfermedad y también educar a los padres. Para algunos, el cáncer infantil es sinónimo de inevitabilidad; sin embargo, hoy en día se puede luchar contra la enfermedad, e incluso hay posibilidades de una curación, y esto está en función de una educación de parte de la familia. El secreto para lograr un tratamiento exitoso es que las familias se den cuenta inmediatamente y busquen la ayuda que se requiere.
¿Existe ayuda para ellos?
Bolivia está en desventaja en relación con los países vecinos, pero creo que en los últimos años hemos mejorado. Ahora existen grupos de voluntarios que ayudan con los medicamentos oncológicos, que son muy caros, y dan apoyo emocional.
¿Dónde se verá?
Esperamos que por el tema y la calidad llegue a los cines, para encarar la lucha contra el cáncer infantil de manera más eficaz
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