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lunes, 18 de agosto de 2014

Del Llano: El cine cubano “debe dejar de mirarse el ombligo”

El cine cubano, desde el punto de vista temático, "debe dejar de mirarse el ombligo”, según el director Eduardo del Llano, que estrenará esta próxima semana en la isla Omega 3, una singular historia de cienciaficción donde macrobióticos y vegetarianos provocan una guerra nutricional.
Del Llano consideró que en Cuba hay demasiadas películas en los últimos años sobre temas como la pobreza, la marginalidad o la represión a los gays, pero a su juicio, "la vida no se resume sólo a eso”.
"Cuba es como un parque temático del comunismo para las personas fuera de la isla. Lo que esperan de una película cubana es enredos, sexo, mulatas, música salsa, gente pobre pero bailando todo el tiempo, un poco de crítica, un poco de corrupción, y eso es una postal turística”, sostiene.
Señala su preocupación porque "se está haciendo solamente ese tipo de cine” y cree que también la mirada de los realizadores debiera dirigirse a temas como la condición humana, hacia dónde va la humanidad, qué pasará dentro de 100 años, después de la muerte, o incluso historias de vida cotidiana. Su nuevo trabajo, Omega 3 propone precisamente una idea poco común: Partidarios de la dieta macrobiótica y defensores de la vegetariana desatan con su extremismo e intolerancia una guerra en el año 2093 en un escenario geográfico sin identificar.
Se trata del segundo largometraje después del biográfico Vinci (2011) de un director muy conocido por sus guiones y también como director de la saga de cortometrajes protagonizados por el personaje de Nicanor, un antihéroe envuelto en absurdos cotidianos de la realidad cubana.
Omega 3 está inspirada en un cuento homónimo de su autoría convertido en guión cinematográfico y finalmente en una película, en la que el realizador da rienda suelta a la ficción en imágenes. Pero advierte a los espectadores que sobre todo se encontrarán con una historia "intimista y dramática” en la que recurre a todos los elementos de un género que ha sido poco abordado en el cine de la isla.
En síntesis, explica que este relato visionará una conflagración mundial futurista donde la confrontación se produce por una especie de fanatismo nutricional y no por diferencias de ideología política, pues en el escenario de Omega 3, "ya no hay capitalismo, socialismo, democracia ni dictaduras, y tampoco se trata de un conflicto religioso ni territorial o por problemas económicos”.
La esencia argumental de esta peculiar historia se basa en el choque entre personas que están divididas socialmente por sus hábitos nutricionales quienes, según el cineasta, llegan "al absurdo de matar” cuando consideran que alguien no tiene una "alimentación sana”.
"Lo que trato es de hablar de la intolerancia en otra vertiente, de decir que es dañina y alertar que puede llegar a convertirse en un acto de violencia”, añadió.

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