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miércoles, 20 de agosto de 2014

El lado divertido del oeste: Pueblo chico, pistola grande

El lejano oeste ha sido explorado de mil manera en el cine. Pero tenía que venir alguien como Seth MacFarlane para darle un toque distinto y moderno. Él, creador de serie como Padre de Familia y director de Ted, ahora se ríe con el western, el gran género clásico, en Pueblo chico, pistola grande.

“Siempre he sido un fanático del western”, confiesa MacFarlane. La idea para este nuevo proyecto se le ocurrió viendo algunas cintas del lejano oeste. “Pensábamos que era un tiempo tan añorado, y sin embargo tan deprimente y horrible. Te tomaba tres horas llegar al pueblo más cercano, donde solo había una tienda y un restaurante, que te sirve una única cosa. Todo el mundo te quiere matar y seguro habían mil maneras de morir. Por más que el género haya sido explorado, nunca se lo había hecho de una perspectiva moderna. Queríamos crear un personaje en este ambiente clásico con el que te pudieras familiarizar, y que tuviera la capacidad de señalar lo horrible del lugar”, explica el realizador.

En efecto, esa persona es Albert, a quien da vida el mismo MacFarlane. Él vive en un pueblo del oeste, y deberá enfrentar a un temible villano, encarnado en Liam Neeson. Pero, en el medio, veremos todo lo que suele aparecer en un western, solo que desde un punto de vista cómico y exagerado, que incluye disparos, damiselas en peligro y mucha incorrección política.

Entre la gente que se une al proyecto del cineasta, están Amanda Seyfried, Neil Patrick Harris y la siempre atractiva Charlize Theron, quien hace de una mujer de armas tomar y de la cual Albert se enamorará. “El personaje de Charlize es muy rico y dinámico, y le da fuera narrativa al proyecto. Albert es muy miserable e infeliz en este mundo terrible, así que pensamos en algo que pudiera hacerlo feliz”, manifiesta el realizador. “El personaje de Charlize es alguien que también se da cuenta de lo horrible que es todo el lugar, pero se ha reconciliado con él en su mente, y ha encontrado una manera de vivir en él y ser una persona feliz”, añade.

“Esta dinámica no es exactamente nueva, pero se sentía fresca para el género western, y sobre todo se sentía algo que iba muy bien con nuestros tiempos. La idea es demostrar que Albert no es el ‘macho alpha’”, complementa.

Para el director, asumir también el rol de actor no fue difícil. “Yo tiendo a escribir con mis orejas; por eso decidí yo mismo hacer muchas de las voces en Padre de Familia: de esa manera tengo control de cómo la broma se dice.

Hay bromas que no son graciosas en el papel pero que divierten si son dichas de cierta forma. Castrarme a mi mismo dio miedo, pero de una manera positiva. Me gusta hacer cosas que me aterran creativamente”, expresa.

Humor y western: “Pueblo chico, pistola grande” promete hacer de esta improbable combinación algo irresistible.

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