La cinta de horror producida por el director de "Spider-Man 3" Sam Raimi, traducida como "El origen del mal" o "Posesión satánica", se estrena el jueves en los países de habla hispana y el viernes en Estados Unidos.
En ella Em, una niña de 11 años interpretada por Natasha Calis, libera inocentemente a un demonio llamado Dybbuk. Según la tradición judía, este espíritu maligno posee y consume el cuerpo de su víctima, quien en una de las más turbadoras escenas vomita un chorro de mariposas nocturnas.
Sedgwick, conocida por su papel de jefa policial en la serie "The Closer", intenta lidiar aquí con el demonio inmune a crucifijos que posee a su hija, en una angustiante carrera contra el tiempo que la reúne con su marido Clyde (Jeffrey Dean Morgan, "Watchmen"), de quien se acaba de separar.
"Siempre fui una persona espiritual, cuando entro a una casa antigua puedo percibir si hay o no buenas vibraciones allí, o si hay fantasmas infelices, así que realmente no soy una persona escéptica", dijo Sedgwick en la presentación a la prensa en Los Ángeles, dejando abierta la posibilidad de que la película esté verdaderamente "basada en hechos reales", como afirman sus promotores.
Para Morgan, lo que hace "verdadera" la historia es su drama familiar subyacente. "Lo más aterrador para mí en esta película es ver que algo le pasa a tu hijo. Ese pensamiento es terrorífico. Así que para mí fue muy fácil hallar esa emoción, es muy real", dijo el "Denny Duquette" de la popular serie dramática "Grey's Anatomy".
Subida a los hombros de "El exorcista", el clásico de 1973 con una pequeña Linda Blair (hoy en día una ciencióloga de 53 años con una carrera anodina), "The Possession" renueva el relato de la posesión basándolo en un contexto moderno, al tiempo que busca apartarlo de los clichés cristianos.
Pero, ¿cómo presentar una propuesta diferente en una industria abarrotada de exorcistas? Con la actuación, afirmó el director danés Ole Bornedal, autor de thrillers como "Nightwatch" (1997) y "I Am Dina" (2002).
"Hay que reinventar la emoción", dijo. "Hay tantas emociones copiadas tan a menudo. Uno dice 'una historia de amor se supone que tiene que representarse de tal manera o una película de acción se interpreta de tal otra'. Pero hay que reinventar todo, encontrar un momento verdadero, y eso no pasa con frecuencia".
La clave, concuerdan el director y los dos actores principales, fue la actuación de la niña Natasha Calis, quien fue elegida tras una audición en la que se puso a llorar improvisando que estaba poseída por una anciana polaca.
"Fue muy intenso, emocional y físicamente", dijo Calis, ahora adolescente. "Tenía que gritar todo lo que pudiera y fue divertido".
Lo que no fue tan divertido para la pequeña fue la escena de las mariposas, cuya imagen ilustra la promoción de la cinta. "Me asusté mucho. Estaba en un cuarto oscuro y me estaban lanzando baldes y baldes de mariposas nocturnas, todas encima de mí, y yo no podía ver", contó la niña.
"Pero después pensé que había sido una experiencia divertida, porque aprendí a mantenerme tranquila aunque me estaba volviendo loca por dentro", dijo.
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