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miércoles, 15 de agosto de 2012

Historia de Bolivia a partir de héroes olvidados Insurgentes

A través de la reconstrucción de momentos históricos cruciales en la larga lucha de los indios de Bolivia en procura de la recuperación de la soberanía perdida, por causa de la colonización española y la opresión de sus descendientes los criollos republicanos, se rescata del olvido oficial a varios héroes indígenas que brillaron con luz propia en esa descomunal gesta que culmina con la ascensión de un indio a la Presidencia de Bolivia.

DESARROLLO

A partir de la pregunta inicial de la película ¿Cómo ha sido posible en Bolivia un cambio socio político que ha llevado a un indio a la presidencia? Se rescata la presencia de varios personajes, en su gran mayoría indígenas que fueron marginados de la Historia Oficial, pero cuya actividad histórica se considera esencial para comprender el largo y complejo proceso de luchas reivindicatorias de los indios que culminan con el levantamiento del año 2003, suceso fundacional del cambio.

La película busca llegar al origen, al acontecimiento inicial y sus personajes protagónicos ubicados en 1781 y para ello construye una narrativa que va retrocediendo en el tiempo para componer un gran fresco de la memoria histórica negada y lo hace a partir de un personaje – que paradojalmente es un blanco – quién, con sus medidas, como presidente de Bolivia, entre 1944 y 1946, sentó las bases constitutivas de la reivindicación de los indios, al eliminar la servidumbre gratuita - a la que estaban obligados - y al convocar al Primer Congreso Indigenal de Bolivia, en el que se discute la necesidad de practicar una profunda Reforma Agraria. El linchamiento y asesinato de ese presidente, el teniente coronel Gualberto Villarroel, dan cuenta del miedo y la brutalidad de los poderosos que se confabularon para destruirlo.

Surgen las imágenes de la Guerra del Chaco, desatada once años antes de la muerte de Villarroel (1932 – 1935) y que enfrentó a los pueblos de Paraguay Bolivia, y a la que fueron llevados, por la fuerza, los indios. Ese terrible acontecimiento, que le costó la vida a más de 100 mil jóvenes de ambas naciones, tuvo la virtud de hacer más conscientes de sus derechos a los combatientes indígenas que al regresar de la guerra, iban a fundar los primeros sindicatos agrarios y más tarde, convertidos en mineros, sostendrían la poderosa Federación de Mineros, cuna de la Central Obrera Boliviana.

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