Luna de cigarras, es una cinta dirigida por el paraguayo Jorge Díaz de Bedoya, que mezcla géneros como la acción, el humor negro y el suspenso.
“La gente que irá a ver la película se topará con sorpresas. Es un filme en el cual pusimos una atención muy grande y que está construido alrededor de la idiosincrasia latinoamericana”, resaltó el director.
Luna de cigarras cuenta cómo el joven estadounidense J. D. Flitner llega a Asunción para cerrar un trato con El Brasiguayo, un poderoso capo mafioso; mientras que su mano derecha, Gatillo, busca sobrepasarlo, dejando en una situación comprometedora a Flitner. Sin que lo sepa, la vida de J. D. Flitner penderá de un hilo cuando salga a explorar la ciudad y se pierda en el laberinto de la noche.
Algunos de los puntos donde fue filmada fueron el Parque Nacional de Ybycuí y ciudades como Areguá, San Bernardino y Asunción; además de contar con el trabajo de más de 60 actores.
El director del filme, Díaz de Bedoya espera que el largometraje brinde una experiencia cinematográfica interesante a los que vayan a verlo. “Espero también que le vaya bien a Luna de cigarras, para crear una continuidad en la producción del cine paraguayo. Uno sabe que en cualquier parte del mundo hacer cine es muy difícil, entonces cuando le va bien a una película, le va bien a todas, se logra más inversión”, señaló el cineasta.
DESDE ADENTRO
Hace un par de años hablar de cine paraguayo era algo esporádico. En 2014 se tenía previsto el estreno de cinco largometrajes de producción paraguaya. La decisión de filmar e invertir y apoyar la realización de filmes por parte de las marcas creció de manera sustancial, principalmente gracias al éxito de 7 Cajas.
Lo que solía ser un grupo pequeño de personas con cámaras y micrófonos, hoy es un equipo de más cientos de personas trabajando entre equipo técnico, producción y elenco; y precisamente este filme no deja de llamar la atención.
El director Jorge Diaz de Bedoya comenta que el nombre de la película nace gracias su hijo de 5 años. El niño, una noche estando en la piscina bajo la luna y escuchando el canto de los insectos, sugirió Luna de cigarras.
“Pegó el nombre pero también me pareció adecuado por un momento de transformación que tienen los personajes. Me pareció interesante usar el simbolismo de la luna y las cigarras porque éstas, en su etapa de larvas pasan 17 años bajo la tierra y al llegar la primera luna del verano, emergen y suben a los árboles como insectos alados y desarrollan su vida. Creo que es buena esa metáfora para explicar el cambio que van experimentando los personajes en la película”, asegura.
Díaz de Bedoya tiene 46 años y aclara que esta es su primera experiencia en películas de ficción. Ya antes había hecho largometrajes, documentales, series y programas culturales en Canadá, Francia y Estados Unidos.
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