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martes, 5 de abril de 2011

Se estrenó Blackthorn, un western rodado en Bolivia

El realizador español Mateo Gil presentó ayer Blackthorn, en la gala inaugural del Festival Internacional de Cine Las Palmas de Gran Canaria. La película, que presenta una visión serena de Butch Cassidy, un forajido de leyenda, fue filmada en 2009 en Bolivia.

A juicio del director, la cinta llega en el mejor momento, no sólo por la renovación que el western vive en Hollywood, sino porque su acercamiento a este mito conecta con el momento actual.

“El que estemos inmersos en una crisis económica a nivel global”, dijo, “quizás despierte inquietudes que estaban dormidas y que entroncan con el western, que siempre fue un género muy político y cargado de principios y dilemas éticos.

Quizás el cuerpo nos vuelva a pedir una vuelta a unos valores sólidos por ser más tradicionales”.

Blackthorn plantea una mirada íntima, imágenes que observan de cerca a los personajes y sus sentimientos, y presenta similitudes con las producciones que se hicieron sobre este género en los años 60 y 70 en cuanto al uso del zoom y la forma de rodar ciertas imágenes.

Gil explicó que el rodaje de Blackthorn fue una “aventura” de nueve semanas en Bolivia, donde se consiguió llevar a cabo pese a la falta de infraestructuras, porque el haberlo hecho en otro lugar hubiese sido contradecir al espíritu de la película.

“Ha sido rodado en el altiplano, todas las localidades estaban en una altura que es la del Teide para arriba, en esa zona había muy pocos hoteles, había que hacer muchos kilómetros y muy pocas horas de rodaje cada día, ya que se perdía mucho tiempo en el transporte”, señaló.

Respecto a los actores, Gil reconoció que tenía que elegir un actor español porque era un coproducción, y eligió a Eduardo Noriega “porque lo conozco muy bien y cuando me senté con él le dije que no debería elaborar un personaje, sino ver esa sonrisa y mala leche que es habitual en él”.

Sobre Sam Shepard, el director destacó que fue muy disciplinado en los horarios, y que salió muy sorprendido. “Me sorprendió su actitud”, señaló, ya que él también es un amante del western, al que le encanta montar a caballo, y demostró una actitud de actor puro y duro”.

La película de Gil, tras estrenarse en su tierra, se presentará a concurso en el Tribeca International Film Festival, y espera que sea escogida para otros certámenes y que sea vista por mucha gente, especialmente por Clint Eastwood, el “pope” del western.

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