En El rito, la película número 63 que veía de manera continúa, los párpados del cochabambino Issac Fuentes Ticona (de 23 años) no pudieron más y, pesados, cayeron por algunos minutos, los suficientes para desclasificarse de la maratón de cine del Center y hacer que la misma sea ganada por el orureño Huber Gonzalo Felípez Ticona (28).
Rompiendo los récords de las maratones efectuadas en La Paz (98 horas) y Santa Cruz (127 horas), Felípez vio filmes durante 131 horas con 45 minutos, con breves lapsos de descanso, y su físico le dio para incluso terminar la iniciada cinta de terror, que concluyó a las 6:15 de la madrugada del jueves.
Así, el joven emprendedor (dueño de una empresa de distribución) obtuvo por su hazaña una motocicleta cero kilómetros, un año gratis de cine (que aprovechó desde ayer cuando fue a ver Río, en 3D) y otros premios otorgados por el Center y las empresas auspiciadoras del certamen, en el que concursaron 574 participantes, desde el pasado viernes, a las 18:30.
Con los ojos algo hinchados, pero de buen semblante, Felípez –“cochabambino de corazón”, por haber vivido 12 años en la región– agradeció el apoyo de su esposa, con la que tiene un hijo de un año y ocho meses, más otro “en camino”. Fue ella quien precisamente le animó y alimentó a lo largo de la competencia, excepto en los tramos finales, cuando la subsistencia iba por cuenta de los organizadores, que proveyeron comida y bebidas energizantes, y permitieron dormir a los cinéfilos entre los filmes (15 minutos) y tres veces al día por 30 minutos.
“Cuando era pequeño, no alcanzaba el dinero para ir al cine. Ahora traigo a mi familia cada fin de semana. Mi esposa me ha alentado a entrar, me ha exigido la moto. Ahora se la estoy llevando”, dijo el joven, en medio de decenas de admiradores que, cual estrella de cine, le pedían fotos y autógrafos en la premiación efectuada ayer en el Center.
El estar frente a la pantalla grande por tanto tiempo no fue fácil. El joven señaló que estuvo por tirar la toalla un día antes, cuando sentía que las fuerzas le abandonaban y le parecía por demás soporífera la historia de Hitler, reflejada en El hundimiento. Para entonces Felípez ya casi deliraba. Veía espectros como el soldado que acostumbraba “sentarse” a su derecha o la misteriosa niña que pasaba por delante de su butaca, émulo de una de las tantas que aparecieron en los largometrajes de terror. No fue el único que presenció “actividad paranormal”, pues otros de sus compañeros comenzaron a ver lobos o, perdidos en el tiempo y espacio, pedían dinero “para ir a comprar pan a la tienda”.
Afecto al cine de acción –“me gustó Invasión a Los Ángeles– Felípez hizo amistad con los otros dos finalistas: el mencionado Fuentes y Miguel Ángel Pérez Serrano (cochabambino y de 27 años), ambos galardonados también con un año de cine gratis, pasajes aéreos, productos y atenciones en locales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario