Gustavo Castellanos sembró la semilla del cine en Tarija. No sólo se convirtió en el primer director del cine chapaco, sino que también dirigió y produjo en Bolivia la primera película en 3D.
Desde muy niño, Castellanos tenía objetivos claros sobre plasmar sus ideas en una película, por ello trabajó para que el cine en Tarija creciera. Desde hace 35 años se dedica a la producción de multimedias, cortos y largometrajes.
Se inició en el colegio, pues el apoyo de sus padres, quienes siempre incentivaron a Gustavo a la lectura, sirvió de mucho para que sus ideas madurasen rápidamente y ese sueño de ser cineasta se haga realidad.
A los 13 años, y con un grupo de amigos del colegio Antoniano, hoy La Salle, a manera de poner en práctica sus expectativas, deciden crear su propia película basada en una conflagración bélica. Sus primeros escenarios fueron lugares rústicos, como el barrio Carlos Wagner, La Loma de San Juan, donde solían crear miniaturas para filmarlos y hacer parecer como si fuera real.
“A un amigo, su papá le compró una video cámara y ahí empezó la idea de hacer una película. Creo que teníamos 12 o 13 años, y bueno, nuestra idea era una película bélica y construimos cascos con papel mezclado con engrudo, hicimos paracaídas para luego filmar de lejos. Nos íbamos a la Loma, al Wagner, todo con el fin de que pareciese real, porque los lugares eran pues fortalezas de ruinas y eso le daba vida a lo que queríamos hacer”.
Pero la idea no podía plasmarse desde el punto de vista profesional, ya que contaban con sólo una cámara y un casete, que al final se podía ver solamente en un televisor, sin ninguna edición. Los noveles cineastas no estaban en condiciones de tener equipos profesionales de edición.
“No teníamos ningún instrumento para llevar adelante el proyecto, pero nos reuníamos siempre, como casi tres meses, para realizar nuestras filmaciones, pero todo con el afán de divertirnos, como todo joven y además no contábamos con las herramientas necesarias para tener un trabajo como se debe”.
“Antes de salir del colegio, la idea ya estaba casi madura”
Antes de salir bachiller, por circunstancias de la vida llega desde La Paz un director de teatro llamado Raúl Beltrán, quien funda el teatro universitario en 1982 y Gustavo Castellanos aprovechó el momento para trabajar como actor y luego presentarse en varias obras de teatro que lo llevaron a recorrer toda Bolivia, y sobre todo a participar en un concurso nacional del que logran el primer lugar.
“Con esta persona, muy reconocida por cierto, hicimos la obra América, y con élla logramos el primer lugar en un concurso nacional de teatro, previo a la realización de una gira por el país, como Sucre, Santa Cruz, Camargo, Potosí y muchos otros lugares, hasta que llegamos a La Paz, donde nos presentamos y ganamos el primer lugar”, señaló.
Con este impulso y logro, el cineasta decide escribir un guión que era lo que más le apasionaba y con él llegó a ganar el tercer puesto en otro certamen. “Esta obra ya camina sola, de ahí me quedo en La Paz, y una vez saliendo de colegio termine Comunicación Social en la Universidad Católica”.
Una vez terminada la carrera de Comunicación Social, Gustavo Castellanos decide cumplir otro sueño: trasladarse a Buenos Aires, donde se inscribió en una escuela de cine y después de dos año regresa a Bolivia, con la idea de producir, en primera instancia, trabajos en multimedia y luego un largometraje y finalmente la primera película en 3D, como algo único en Bolivia.
(RECUADRO)
SUS TRABAJOS Y SU GRAN ESFUERZO POR LA PELÍCULA 3D
Al regreso de Argentina y con un amplio conocimiento de las nuevas tecnologías, en Tarija produjo sus primeros trabajos, conjuntamente con su gran amigo Milton Ríos. Se dedicaron por un tiempo a investigar la producción de multimedia, logrando con el tiempo su primera obra denominada “La Guerrilla del Che en Bolivia”.
“Esto fue en 1996 y la producción tardó dos años para luego hacerla pública, sin duda tuvo el aprecio que estábamos esperando. Eran cerca de 3.500 copias y las mismas se habían vendido”.
Otro de los trabajos que fue un éxito en multimedia fue el CD interactivo “Maravillas Naturales de Bolivia”, que tuvo una venta extraordinaria de más de 15 mil copias en todo el territorio nacional.
Otra de las producciones que fue emitida por canal ATB fue la serie humorística de ficción “Teleniqueñaque”, transmitida a nivel nacional por este medio televisivo.
Después de aquello emprendió un proyecto más grande, el largometraje “Espíritus independientes”, una película que cautivó y dio paso a nuevas filmes creadas en esta ciudad.
“En el 2004 lanzamos el proyecto Espíritus independientes, nos lleva un año entre gestar la idea y recursos y luego hacer el rodaje, todo en Tarija y lo único de afuera fue la banda sonora de la ciudad de La Paz. Y es el lugar donde también se termina de “masterizar” la película, y el 2005 lo presentamos en Tarija con un éxito abrumador, el proyecto ya era una realidad”.
“A partir de esto, el último desafío era encarar el tema tecnológico, luego de Espíritus independientes, entonces emprendimos el desafío de la primera película en 3D llamada ‘Restos del último amanecer’”.
“Este proyecto nos sacó la “infundia”, pues era un proyecto de un año y medio y al final se volvió en uno de cuatro, y realmente nos costó hacerlo, pero nos sentimos muy orgullosos, porque es la primera película en 3D creada en Tarija y en Bolivia. Creo que hasta ahora seguimos sufriendo, a pesar de haberlo terminado, por la simple razón de que no tenemos salas para proyectarlas, pero sin duda es el esfuerzo que resta hacer para que mucha gente disfrute de esta película”.
Gustavo Castellanos, que tiene el respaldo de su familia, su esposa e hija que están por los mismos rumbos, fue uno de los tarijeños que abrió la brecha del cine en Tarija, puesto que a partir de sus primer largometraje el cine cada vez se hizo más constante, y en menos de cinco años Tarija tuvo más de siete películas dirigidas por este cineasta, y otros que tuvieron como escuela Espíritus independientes.
“Tarija llegó el momento de dar el salto cualitativo, ahora nuestras próximas apuestas deben ser de carácter mayor para conseguir mayor rigor estético y en ello estamos trabajando, mas cuando tenemos contactos con gente de España, de Barcelona, que pueden ayudarnos a producir películas de alto nivel, y esa debe ser nuestra apuesta, trabajar en coproducciones internacionales”.
Con una sonrisa en el rostro, Gustavo espera que el cine en Tarija no muera, al contrario, que cada vez sea más cautivante en el uso de la tecnología y de mejor calidad estética.
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