Según el reporte, la proyección en el Complejo Cultural 25 de Mayo se hizo ante una sala abarrotada. La función estuvo enmarcada en la sección fuera de competición Panorama-Lugares.
El documental de Olmos, de acuerdo con la sinopsis en la página oficial del festival, muestra tres historias: “Una es la de Ramón, un preso por narcotráfico que se disfraza de payaso para los niños de la cárcel. Otra es la de Sergio, un pandillero acusado de doble homicidio que espera su juicio mientras hace tatuajes, vende droga y graba un disco de hip hop. Y la última de Guery, un ladrón que sólo quiere salir de San Antonio para volver a robar”.
El realizador tuvo luego de la proyección un coloquio con el público, en el cual se habló sobre el tema de la cárcel y de sus habitantes. De acuerdo con Cinemas Cine, Olmos explicó que el documental requirió de una “planificación y del seguimiento de cuatro años”, en los que debió aprender los meandros de la justicia boliviana.
El cineasta indicó, asimismo, que a la audiencia le sorprendieron los “bienes raíces” que suceden dentro de las cárceles bolivianas, “donde los internos deben adquirir sus propios bienes y enseres” para cumplir su periodo reclusorio.
El documental de Álvaro Olmos tiene una duración de 80 minutos y fue realizado en formato digital HD.
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