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domingo, 16 de enero de 2011

Nueva oportunidad para el actor de Zona Sur

Pascual Loayza ganó dos importantes premios en festivales internacionales como mejor actor por su interpretación del entrometido y carismático mayordomo Wilson en la premiada película de Juan Carlos Valdivia, Zona Sur. Hoy, el gusanito de la actuación que se despertó en él no lo deja en paz.

Busca una nueva oportunidad para demostrar que lo que hizo frente a las cámaras en Zona Sur no fue producto de la casualidad. Cuando se convirtió en Wilson, que trabaja para una familia disfuncional de clase alta de la zona Sur de La Paz, desplegó un talento innato.

Desde que emigró a la ciudad de La Paz, a los 18 años proveniente de la provincia Omasuyos, se dedicó a la gastronomía, oficio que ejerce hasta el día de hoy. Además ayuda a un sobrino en trabajos de albañilería cerca de Viacha.

Nunca imaginó que trabajar en la gastronomía lo llevaría al cine, que se encontraría compartiendo cámaras con actores profesionales que, al igual que él, tratan de tener más oportunidades para mostrar su talento a tiempo completo, cosa que no ocurre muy a menudo en Bolivia y en algunos países vecinos.

Ahora está en busca de una nueva oportunidad para interpretar un personaje y espera que los reconocimientos que le han otorgado logren abrirle camino para convertirse en el actor que sueña ser, en Bolivia o en cualquier otro país.

Entre mesas y el reconocimiento

El sueño más grande de Pascual es ése, interpretar varios personajes para que con el tiempo la actuación se convierta en su oficio. Mientras tanto, sigue trabajando en eventos atendiendo mesas y sirviendo bebidas.

Es en esos eventos donde muchas personas lo reconocen, le piden fotos y hasta autógrafos. Y cuando no lo reconocen no tiene problema de presentarse a sí mismo y al rol que tuvo en su logro más importante, la película Zona Sur.

Algunas de las empresas con las que trabaja no le dejan hacerlo porque creen que lo distrae de sus labores. Cuando piensa en ello Pascual dice “no sé si será envidia, pero qué culpa tengo yo de que Dios me haya dado esta oportunidad tan grande y que ahora sea requerido para una foto. Eso es algo que jamás me hubiese imaginado”.

Cuando lo recomiendan para algún trabajo en un evento y le preguntan cuánto cobra, él siempre dice el monto y añade “además soy personaje de una película”, así logra convencer a muchos de sus clientes, cuenta sonriendo.

Un trabajo en la zona Sur

Al pasar los minutos junto a Pascual, es posible observar cuán diferente al callado Wilson es. Pascual es expresivo, alegre, ávido de aprender. Tal vez sea por eso que sin importarle la edad se graduó de bachiller en 2010 y este año, “si Dios quiere”, entrará en la Universidad Pública de El Alto para estudiar una carrera profesional.

Al imaginar cuánto ha logrado y lo que podría aún cosechar, se emociona y sueña con aportar, con crecer, con actuar hasta el fin de sus días. “Yo tengo fe de que sí o sí voy a tener otra oportunidad”, repite.

Mientras tanto, en su día a día, hay que seguir trabajando.

Durante los primeros meses de cada año la frecuencia con la que se organizan los eventos disminuye, por ello tiene que buscar alguna forma de sobrevivir ejerciendo otros oficios. Y es que a los 56 años tampoco es tan fácil encontrar trabajo, pero Pascual tiene un plan: apoyar los fines de semana en la atención de restaurantes en el lugar que ahora tiene tanto que ver con su vida, en la gastronomía y en la actuación, la zona Sur.

En la intimidad

“Sí, Wilson es más serio, yo soy más alegre. En cualquier lugar me desenvuelvo como pez en el agua, no me hago problema”, dice.

Pascual vive en Alto Ciudadela Ferroviaria. Allí, en su cuarto, guarda uno de los reconocimientos que le entregaron. “El otro aún no llega”, comenta. Actualmente está solo y afirma que ya se acostumbró a la soledad, pero poco después muestra una gallina en miniatura que compró en la feria de Alasita el año pasado, para conseguir pareja, aunque ya tuvo seis hijos y tiene 11 nietos hasta el momento.

Un gran espacio en su ropero está ocupado por uniformes que utiliza para trabajar en los eventos: un saco rojo, otro blanco, uno negro y así se suman uno sobre otro. Todos ellos representan sus años, o más bien décadas, de trabajo. Ahí tiene guardada gran parte de su vida.

Pero, ¿ qué papel le gustaría interpretar? “Quisiera actuar mostrando la vida en el campo, cómo vivían mis padres o abuelos; pero también me gustaría hacer teatro, algo que antes tal vez no valoraba y ahora lo hago”, confiesa.
Dos premios como mejor actor

* En México Pascual Loayza ganó el reconocimiento de “Mejor actor” en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en marzo de 2010. Éste fue compartido con el actor mexicano Gustavo Sánchez Parra, protagonista de la película Rabia.



* En Perú En agosto de 2010 fue galardonado también como mejor actor masculino en la décimo cuarta versión del Festival de Lima.



* El filme Zona Sur trata de los últimos días de una familia de la clase alta de La Paz que vive dentro de una burbuja de comodidades y tranquilidad. Fuera de ella, se dan cambios sociales importantes en el país. Estos cambios hacen que la burbuja finalmente se quiebre.



* Premios La película ganó dos premios en el festival de cine de Sundance.


Un hijo de Sullulluni, Omasuyos, especialista en ají de fideo
Pascual Loayza Quispe, quien representó a Wilson en la película de Juan Carlos Valdivia Zona Sur nació el 18 de abril de 1954.

Es oriundo de la comunidad Sullulluni, cantón Franz Tamayo, de la provincia Omasuyos en el departamento de La Paz. Sus padres son Valentín Loayza y Agustina Quispe.

A los 18 años decidió emigrar a La Paz en busca de mejores oportunidades.

Desde su llegada, se dedicó al mundo de la gastronomía, fue desde empleado doméstico hasta copero, poco a poco fue ganando espacio hasta que empezó a trabajar en la zona Sur junto a empresas de eventos. Ahora tiene 56 años.

Tuvo seis hijos con dos parejas, de los que quedan cinco, y también 11 nietos.

La muerte de uno de sus hijos fue probablemente uno de los dolores más grandes que tuvo que afrontar, y no se lo desea a nadie.

Fue gracias a una de las empresas de eventos y a un amigo que logró hacer de extra en la película La Cacería del Nazi. Después de ello fue recomendado a Juan Carlos Valdivia para el papel de Wilson.

Uno de los mejores recuerdos que Pascual tiene de la película es el “ají de fideo”, su especialidad en la cocina, y un plato, que Valdivia demostró, forma parte de todas las clases. La película ha participado y sido reconocida en festivales internacionales como Sundance, de Huelva, de Guadalajara, entre otros.

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