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martes, 12 de abril de 2011

Sydney Lumet: adiós a un maestro del buen cine

Bastaría con una vez para hacer buen cine y aunque Sidney Lumet repitió su dosis de calidad con bastante frecuencia, se le recordará siempre por “Serpico” y la actuación de Al Pacino.

Lumet se despidió de este mundo al cumplir recién el 9 de abril 86 años, como si los grandes del séptimo arte tuviesen el privilegio de escoger el momento de su deceso. En 2004 le dieron un Óscar honorífico, pero merecía más.

Dicen los críticos que el notable realizador neoyorquino tuvo una trayectoria de altibajos, marcada por un debut de excelencias con “12 Angry Man”, en 1957; pero los observadores siempre son demasiado exigentes.

En una gráfica de secuencias de altura, pudiera mencionarse en lo sucesivo a su espléndida “Larga jornada hacia la noche”, en 1962, en la que reunió a Katherine Hepburn, Dean Stockwell, Jason Robards y Raph Richardson.

“El prestamista”, “La colina”, “The deadly affaire” (...) hasta llegar a “Serpico” y casi acto seguido a “Crimen en el Expreso Oriente”. Mientras sus largometrajes iban regalando premios de todo tipo a sus actores y guionistas, Lumet aguardaba paciente.

Así permitió el encumbramiento y el brillo de Rod Steiger, Sean Connery, Ingrid Bergmann, Faye Dunaway, Peter Finch y de nuevo Pacino en “Tarde de perros”, antes de emocionar nuevamente a sus adeptos con “Veredicto final”.

Una oportunidad para dar lucimiento al entrañable Paul Newman, al lado de James Mason, Charlotte Rampling y Jack Warden, en uno de los filmes más sólidos de cineasta.

“Negocios de familia”, con Connery, Dustin Hoffman y Matthew Broderick, y “El abogado del diablo”, para redondear una carrera de lujo a la que añadiría “Gloria” y “Before devil knows your dead” de 2007.

Sidney Lumet, otro adiós irreparable para los amantes de la invención del cinematógrafo de los hermanos Lumiére.

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