En Ivy Maraey nadie actúa. Es una película en la que cada quien simplemente es”. Juan Carlos Valdivia está a pocas semanas de estrenar su nuevo filme y no duda en asegurar que se trata de una "propuesta arriesgada”.
Ivy Maraey, que llegará a las salas del país el próximo 17 de octubre, es un viaje a través del Chaco, pero también un recorrido por una etapa en la vida del director. "Este filme es producto de varias vivencias que tuve en ese lugar. No se qué se me perdió allí pero empecé a apasionarme por la cultura guaraní”, comenta.
En esta producción, la quinta en su carrera, Valdivia se arriesga nuevamente y continúa con la línea que comenzó con su anterior película.
"Cuando hice Zona Sur (2009) decidí darle un giro a mi producción cinematográfica y hablar de lo que quiero, sin preocuparme por el mercado”, explica. "Por ello, de alguna manera Ivy Maraey dialoga con Zona Sur”, agrega el cineasta, quien en esta oportunidad también es el protagonista el filme.
La película narra la historia de dos amigos: Andrés (Valdivia), un cineasta , y Yari (Elio Ortiz), un líder indígena, quienes viajan juntos por los bosques del sureste del país con el objetivo de investigar para una película sobre el mundo guaraní.
"El punto de partida es una imagen en movimiento de unos salvajes, filmada por un explorador sueco en 1910. Pero el presente tiene más posibilidades que la nostalgia de un mundo perdido para siempre”, se lee en la sinopsis de la cinta.
En este filme el cineasta muestra otra cara del Chaco, un lugar que quizá ha quedado hasta hoy en el imaginario de los bolivianos como el escenario de la guerra con Paraguay y del que poco se sabe.
"Tuve la necesidad de mostrar una parte de Bolivia que no se conoce. Trabajé la película en 35 milímetros por un capricho mío, pues sabía que estaba mirando algo frágil y que está dejando de ser”, advierte el cineasta, quien no duda en asegurar que, pese a la complejidad del mundo guaraní, en esta cinta los pensamientos se traducirán en sentimientos.
"Hay mucho pensamiento como una forma de sentir. Quizá la película sea un poco inaccesible para otros lugares, no lo sé. Sin embargo, me siento muy contento de haber llevado la cinta hasta las últimas consecuencias”, señaló.
Ser uno mismo
En Ivy Maraey se tienen cerca de 40 actores, todos naturales, que fueron capacitados por el director de teatro Diego Aramburo. "Él me guió en el proceso performático, pues este filme es más un performance. Nadie actúa en la película, todos estamos siendo. Es un ritual de volver a ser uno mismo”, explica el director.
Para Aramburo, la concepción de esta película es muy particular. "Lo que propone Juan Carlos en esta película es una apropiación desde el cine a ciertos principios de performance. Eso quiere decir de alguna forma que la película por un lado le ofrece al espectador aspectos personales del director y por parte de los actores se tienen presencias sensibles”, explica.
El encuentro del otro
"A través de la mirada del otro es como nos miramos”, asegura el director, quien en el filme hace del karaí, que traducido del guaraní al castellano significa "el otro o el de aquella cultura lejana”.
"Hice Zona Sur como una necesidad de mirarme a mí antes de hacer una mirada incisiva del otro. Esta experiencia me permitió volver al Chaco, convencido de que tenía que voltear la cámara y que tenía que hacer esta película también sobre mí, y si iba a mostrar al otro iba a ser a través de mí”, explica el director.
Para mirar y entender al mundo guaraní, Valdivia trabajó varios años junto con el comunicador y antropólogo Elio Ortiz, quien protagoniza el filme junto al director.
"Apoyé a Juan Carlos en todo lo que tiene que ver con el contenido filosófico del mundo guaraní. Llegué a actuar en la película como consecuencia de todo ese trabajo”, explica.
Según Ortiz, la cinta ha sufrido a lo largo de los años varios cambios. "En principio teníamos la idea de hacer una película sobre la masacre de Kuruyuqui, pero luego cambió y ahora mostramos el encuentro de dos mundos, de esa interculturalidad que hay en el país”.
El reto aquí, explica Ortiz, fue crear una película -a partir de la experiencia personal del director- que refleje las dificultades que tienen las culturas para entenderse. "Es la historia de dos amigos que se encuentran casualmente y que construyen una amistad a pesar de sus diferencias, que a lo largo del viaje se irán mostrando”, explica.
¿El plus? Imágenes de las profundidades de un Chaco que poco se conoce. En esta película, los protagonistas pasarán por las haciendas donde aún hay guaraníes empatronados. Llegarán a Tentayape, una región donde, según Ortiz, aún viven guaraníes como hace 150 años.
"Visitaremos Kuruyuki, donde el karaí verá un lugar totalmente diferente a aquellas imágenes de personas con taparrabos”, cuenta. También se visitarán otros sitios como el Parque Nacional Kaa Iya y la región del Isoso, entre otros.
Sin embargo, más allá del recorrido, para Ortiz el aporte del filme está, sin duda, en cómo dos personas tan diferentes pueden lograr entenderse. "Sin que uno deje de ser uno mismo, sin que el karaí se convierta en indígena o sin que el indígena se convierta en karaí, se puede construir una amistad”, asegura.
Valdivia va más allá. "Quizá luego de esta película los bolivianos vean el Chaco de una manera distinta”.
Ficha técnica de la película
Equipo En Ivy Maraey se tiene a Juan Carlos Valdivia como director y guionista. La producción estuvo al cargo de Joaquín Sánchez y Matthias Ehrenberg. Mientras que Ximena Valdivia, Petter J. Borgli y Bjorn Puckler estuvieron a cargo de la producción ejecutiva.
Otros Paul de Lumen se hizo cargo de la dirección fotográfica. La música de esta producción fue creada por el director de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos, Cergio Prudencio. Mientras que Juan Pablo Di Bitonto se encargó del montaje.
La película Fue registrada en un soporte de 35 milímetros. Tiene una duración de 105 minutos. El filme fue rodado este año en Bolivia, en guaraní y en español.
Elenco Juan Carlos Valdivia (Andrés); Elio Ortiz (Yari); Felipe Román (Pitacara); Francisco Acosta (Tengua) y Diego Picaneray (Oji).
Sinopsis Yvy Maraey es un viaje de autoconocimiento a partir de la mirada del otro y la escucha como mirada. Combina una narrativa cotidiana con la épica de un pueblo heroico.
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