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miércoles, 6 de marzo de 2013

Denominado “maestro del suspense” Hitchcock

Psicosis, la cinta más taquillera que Alfred Hitchcock dirigió dentro de su vasta filmografía, hoy revive desde otra perspectiva, la de una historia de amor inmersa durante el rodaje de ese clásico de 1960 que involucró al denominado maestro del suspenso y a su esposa, Alma Reville. Anthony Hopkins encarna al venerado realizador británico, mientras que Helen Mirren interpreta a su esposa y mano derecha durante más de medio siglo.

Detrás de Alfred Hitchcock, el denominado “maestro del suspense” –el extraordinario icono del celuloide famoso por haber creado algunas de las más intensas e inquietantes películas de intriga que el público ha visto nunca– había un aspecto que se ocultaba: su extraordinariamente creativo romance con su leal esposa y colaboradora en la realización cinematográfica, Alma Reville.

Ahora, y por primera vez, Hitchcock, película dirigida por Sacha Gervasi, saca a la luz su fascinante y compleja historia de amor. Y lo hace a través del artero y tenebroso objetivo de la cámara que filma su más audaz aventura cinematográfica: la realización en 1960 del escalofriante thriller Psicosis, que se convertiría en el filme más controvertido del director, y también en el más legendario. Cuando, contra todo pronóstico, la tumultuosa producción llegó a su fin, la forma de hacer cine cambió para siempre; pero sólo unos pocos supieron que realmente hicieron falta dos para llevar a cabo el filme.

Gervasi y un elenco que incluye a los oscarizados actores Anthony Hopkins y Helen Mirren, interpretando a Alfred y Alma, tejen un relato repleto de sorpresas, hilarantes ironías e inesperados giros dramáticos, en la más pura tradición hitchockiana. Pero el eje central del filme no gira sólo en torno a las obsesiones y miedos de dos personas, sino, particularmente, alrededor del amor irreductible que, entre bambalinas, guiaba el arte de Hitchcock.

NOTAS DE PRODUCCIÓN

Película dirigida por Sacha Gervasi, a partir de un guion de John J. McLaughlin basado en el libro Alfred Hitchcock and The Making of Psycho, escrito por Stephen Rebello. También participan en el filme: Scarlett Johansson, en el papel de Janet Leigh; Toni Collette, como Peggy Robertson; Danny Huston, como Whitfield Cook; Jessica Biel, como Vera Miles; Michael Stuhlbarg, como el agente artístico Lew Wasserman; James D’Arcy, como Anthony Perkins; Michael Wincott, como Ed Gein; Kurtwood Smith, como Geoffrey Shurlock, y Richard Portnow, como Barney Balaban.

“Les ruego que me permitan mencionar el nombre de sólo cuatro personas, que me han brindado su más profundo afecto, compresión y aliento, además de su permanente colaboración. El primer nombre corresponde a una montadora, el segundo a una guionista, el tercero a la madre de mi hija Pat (Patricia Hitchcock) y el cuarto es el de una cocinera tan extraordinaria que es capaz de hacer milagros en la cocina. Y el nombre de todas ellas es Alma Reville”: Alfred Hitchcock.

HITCHCOCK ENAMORADO

En el mundo que retrata Alfred Hitchcock en sus películas, el caos, el peligro y la perversidad del mal se ocultan en la sombra de las rutinarias vidas de sus personajes. Pero ¿y en la propia vida cotidiana de Hitchcock? El extraordinariamente hábil cineasta cultivó cuidadosamente una imagen pública –construida a partir de su corpulenta silueta y macabro ingenio– con la que logró mantener celosamente oculta su verdadera personalidad. Sin embargo, una cuestión que ha perdurado durante décadas es: ¿habría una forma de conocer íntimamente a Hitchcock, no como icono sino como persona?

Para Sacha Gervasi, director de Hitchcock, la respuesta se halla en una mujer. No en ninguna de las célebres “rubias” de Hitchcock, cuyo poderío y gélida belleza distante adornó la mayoría de sus películas provocando auténtica fascinación, sino en una mujer que, en buena medida, ha sido una absoluta desconocida para el mundo: su talentosa mujer, Alma, que, entre bastidores, influyó profundamente en el trabajo de Hitchcock, consiguiendo penetrar en sus defensas y convertirse en silente y modesta co-creadora del cineasta.

“Siempre pensé que el eje central de Hitchcock tenía que ser la historia de amor entre Alfred y Alma”, señala Gervasi. “Tenían una activa, compleja, contradictoria, hermosa y dolorosa relación, que no era sólo la de un matrimonio sino la de una auténtica asociación creativa”, complemente el director.

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