El director Raja Gosnell y el productor Jordan Kerner reunieron al equipo que trabajó con ellos en "The Smurfs" (2011) para sacar adelante una secuela con "más profundidad psicológica y emocional", según Gosnell, que aspira a arrancar "lágrimas y carcajadas" del espectador a partes iguales, en opinión de Kerner.
"Es una comedia de pitufos ambientada en París", explicó Gosnell en una presentación en los estudios de Sony en Los Ángeles a la que asistió Efe para ver un adelanto de sus producciones animadas.
"The Smurfs 2" girará en torno a la figura de Pitufina y su trauma por ser diferente a sus iguales al haber sido creada por el brujo Gargamel que planea ahora su secuestro con el fin de recuperar la fórmula que hace especiales a los pitufos.
Gargamel (Hank Azaria) vive en el mundo actual como un famoso mago cuya última gran creación han sido los "naughties", diminutos seres gamberros de color gris que el villano quiere transformar en auténticos pitufos para usarlos posteriormente, y trama desde Francia el rapto de Pitufina.
Los aliados humanos de los pitufos Patrick y Grace Winslow (Neil Patrick Harris y Jayma Mays) viajarán con ellos a la capital gala para rescatar a Pitufina, una misión que les hará recorrer los lugares más icónicos de la urbe, desde la catedral de Notre Dame, hasta las Tullerías y, como no, la torre Eiffel.
La colombiana Sofía Vergara retomará su papel de Odile en este filme, en el que sigue con su obsesiva búsqueda de la eterna juventud.
"The Smurfs 2" tendrá su estreno el 31 de julio en EE.UU. y en agosto llegará a los cines en España y América Latina.
El 27 de septiembre le tocará el turno a "Cloudy with a Chance of Meatballs 2" que después de la tormenta de alimentos de la primera entrega en 2009 se adentra en una jungla de comida salvaje.
Si bien el buen resultado de los pitufos en la taquilla, donde logró más de 500 millones de dólares, era previsible dada la popularidad internacional de los personajes, los más de 240 millones de "Cloudy", como llaman al filme en Sony, cayeron del cielo más como una sorpresa.
Esos números avalaron el regreso del joven inventor Flint que en su primera aventura se las ingenió para destrozar la isla en la que vivía con una máquina que hacía llover alimentos.
En esta ocasión, el protagonista tratará de redimirse en una peligrosa operación que le llevará con sus amigos a enfrentase con las sobras de la comida que dejaron atrás y que evolucionaron hasta cobrar vida propia.
Así, sufrirán la amenaza de una hamburguesa con queso gigante con patas de patata frita y un taco con forma de saurio, mientras conviven con una fresa traviesa, unos torpes pepinillos que recuerdan a los minions de "Despicable Me", y una fauna inverosímil de mosquito con alas de tostada y chimpancés gamba.
"Hicimos la película del género de desastres primero y ahora queríamos hacer una sobre monstruos", contó Kris Pearn, codirector del filme junto con Dody Cameron, ambos debutantes como realizadores de largometrajes que tomaron el relevo de Phil Lord, cineasta el frente de la primera "Cloudy".
"Intimida hacer la secuela", reconoció Pearn quien no obstante había trabajado en el filme original, igual que Cameron y gran parte del equipo que está desarrollando ahora una segunda parte llena de simbolismos y homenajes al cine de los 80.
Las historias como "The Goonies", "Star Wars", "Jurassic Park" o "Gremlins" fueron "una gran influencia", según dijo Cameron que puntualizó que, aunque pueda parecerlo, el argumento no trata de posicionar como malvada la comida basura y como buenos a los vegetales.
"No exploramos realmente eso en la película", declaró.
Quién sí aparece en el filme es un superinventor de nombre Chester V que habita en Sanfanjose (una mezcla de San Francisco y San José, donde su ubica Silicon Valley) inspirado en la figura de Steve Jobs, tal y como confirmaron los directores.
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