La ciudad de Trinidad cuenta con un festival de cine y video que quiere consolidarse como un referente en el país.
Entre el 17 y 19 de abril se celebrará el primer Festival de Cine y Video Amazónico y de Tierras Bajas “Majarapa'i”, que apuesta por la integración nacional desde la cinematografía. Rafael Velasco, secretario ejecutivo del “Majarapa'i 2012”, recuerda que hace exactamente un año nació en la ciudad de Trinidad el Trinidad Cineclub, que proyectaba películas, fomentaba foros sobre cine y, al hacerlo, incentivaba actividades tan importantes como la reflexión y la discusión. La primera localización del Trinidad Cineclub fue el Palo Diablo, un pequeño pub en la capital beniana. Desde ese lugar se crearon vínculos entre el cine y el teatro, y con otras actividades de difusión y promoción de la cultura.
DESARROLLO CULTURAL. En adelante, el Cineclub produjo un programa de televisión referido al cine y, posteriormente, empezó a germinar la idea de un festival de cinematografía y audiovisual en su natal Trinidad. Asimismo, originó la idea de conformar una videoteca local, en la que se archivasen los materiales audiovisuales que circularan por el Festival y, también, la constitución de la memoria audiovisual de la localidad.
Sin embargo, remarca Velasco, “este tipo de actividades no se realizan entre pocas personas”, sino que fue sólo mediante un acercamiento de la instancia trinitaria al colectivo “Cultura Camba” que se coordinó la idea de realizar un festival de cine en Trinidad. “Lo positivo”, sigue Velasco, “es que son puros pelados los que están en las instituciones públicas y privadas que apoyan este tipo de actividad”. Así se permite un diálogo generacional que identifica en la cultura y su fomento opiniones de desarrollo local. “Organización”, recalca Velasco, dejando así entrever que lo fundamental para este tipo de iniciativas es la organización, la planificación y el compromiso de los involucrados. Por esta razón, el Festival de Cine y Video Amazónico y de Tierras Bajas “Majarapa'i” es una actividad autónoma de los colectivos que lo gestionan. O, como indica Velasco: “De esta manera se garantiza su desarrollo”.
GENERAR DIÁLOGOS. Para que la producción nacional sea una constante —aquella producción que da cuenta de nosotros y de nuestras historias—, la inquietud y propuesta de los jóvenes trinitarios es vital, jóvenes que consideran que su ciudad y su departamento se merecen este tipo de actividades, cuyo principal objetivo es el de masificar el consumo de imágenes del país, para con esto contribuir al diálogo nacional y la identificación de una cultura boliviana común, como lo remarca el Secretario Ejecutivo del Festival. Una cierta ruptura generacional, por otra parte, pareciera ser un síntoma en la producción de lo sensible en Bolivia. Este Festival, por lo tanto, no es la excepción. Tanto es esto así, que sus gestores identifican al cine como a un objeto cultural que debe ser difundido por la sociedad, y por ello es que planean intervenir en varias instancias públicas como, por ejemplo, los colegios, para poder generar diálogo con los más jóvenes.
Como parte de ese ejercicio de integración y diálogo nacional, el Festival presentará en calidad de estreno El Grito de la Selva, una película beniana. Asimismo, se proyectará Zona Sur, de Juan Carlos Valdivia, y El ascensor, de Tomás Bascopé. Además de la muestra competitiva, el Festival también ofrece espacios diversos, como charlas y conversatorios donde se tratarán temas como los procesos de producción y lecciones aprendidas para el futuro del cine nacional, identificándose mediante estas conversaciones clave las claves de un cine posible en todo el territorio boliviano. Por otra parte, los conversatorios que se desarrollarán atenderán modelos de difusión y exhibición alternativos, como los microcines, una forma rentable, horizontal e independiente de distribuir contenidos audiovisuales por el continente.
Este nuevo Festival busca generar una sostenida interrelación de discusiones, sensibilidades y puntos de vista, “un lugar donde podamos conocer y mostrar nuestra realidad”, en palabras de Velasco, que deja entrever el objetivo más ambicioso de la iniciativa audiovisual trinitaria: constituirse en una plaza de exhibición y distribución cinematográfica importante en el territorio boliviano. Los miembros del Festival están convencidos de que el cine es un lenguaje privilegiado en la tarea de construir identidades, y de que posee los mecanismos más idóneos para discutir temas trascendentales como ése. Por ello la importancia y necesidad de usar continuamente técnicas de cineclub, como los conversatorios y el cine foro.
Finalmente, Velasco recuerda el hecho de que en Trinidad “se está creando un centro de acopio” de material audiovisual y teórico. Es por eso que el Festival de Cine y Video Amazónico y de Tierras Bajas “Majarapa'i” 2012 tiene una fuerte necesidad de gestar ponencias que localicen temas y focos de atención en actores que actualmente están reflexionando sobre cine en Bolivia. En ese sentido, este centro de acopio y archivo se sitúa como un espacio de desarrollo y reflexión sobre el cine producido en nuestro país.
*Crítico de cine
El festival de cine y video amazónico y de Tierras Bajas “Majarapa'i” 2012 será gestor de varias ponencias que traten el estado de la cinematografía local y nacional en la actualidad. Junto al Trinidad Cineclub, centro de archivo de la región, el Festival se constituye en un muy valioso espacio de desarrollo y reflexión acerca del cine producido en nuestro país.
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