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domingo, 28 de abril de 2013

Guerra Mundial Z: el largo camino de la cinta de Brad Pitt

Mucho se ha escrito sobre actores que decidieron pasar tras las cámaras y apoderarse del asiento de director. Pero poco se sabe de las carreras paralelas de muchas estrellas como productores, con resultados variables. Desde verdaderos éxitos hasta realizaciones que se convirtieron en dolores de cabeza. Ultimo punto donde Brad Pitt tiene bastante que decir, ya que desde 2007, cuando adquirió para su productora -Plan B Entertainment- los derechos deGuerra mundial Z, fue parte de la extensa e intrincada producción de la versión fílmica de la novela, que llegará a salas norteamericanas el 21 de junio y seis días más tarde a Chile.

Una historia de proporciones casi épicas, que incluye los nombres de una serie de guionistas, locaciones, nuevas tomas y un abultado presupuesto, que en el inicio era de US$ 125 millones, y cuyo punto de partida involucró también el nombre deLeonardo DiCaprio. Esto porque el protagonista de Titanic, y dueño de la productora Appian Way Productions, también había puesto sus ojos en la novela sobre zombies de Max Brooks -hijo del cineasta Mel Brooks- y durante varios meses mantuvo una silenciosa disputa con Pitt por su derechos. Pero este último los obtuvo y comenzó la preproducción del rodaje con Marc Foster y J. Michael Straczynski como su director y guionista, respectivamente.

Dos años más tarde, en 2009, fue el mismo Brooks quien, en conversación con la revista Fangoria, reveló que la cinta tenía nuevo guionista: Matthew Michael Carnahan. Un cambio que, además, significaba que el relato original, centrado en las entrevistas que el personero de la ONU -Gerry Lane- le hace a los testigos de la guerra contra los zombies, cambiaría aún más. Así, en marzo de 2011, y con la asociación de la productora Skyline a Paramount y Plan B, comenzó el rodaje. Con un relato ahora centrado en la búsqueda de Lane (Pitt) por frenar el avance zombie, las filmaciones recorrieron diferentes ciudades: Malta, Glasgow, Cornwall y Budapest.

Sólo unos meses después, los ejecutivos de los estudios Paramount decidieron que algo faltaba en los metrajes que les proyectaron y contrataron a Damon Lindelof (Prometeo) para que reescribiera algunas escenas. Semanas más tarde, el grupo encabezado por la pareja de Angelina Jolie y Mireille Enois -quien encarna a la esposa del protagonista- debió volver a Budapest para filmar cuadros que le darían un nuevo carácter a la cinta. Esto porque, como le aseguró Pitt a la revista Entertainment Weekly, “al comienzo estaba más interesado en un filme político, usando a los zombies como una tropa de troyanos para hacernos la pregunta: ‘¿Qué pasaría en líneas sociopolíticas si hubiera una pandemia como esta?’ (…) Pero nos quedamos atascados, ya que era mucho lo había que explicar. Se habría destruido la diversión de este tipo de películas”.

Durante esa misma entrevista, Pitt salió a desmentir otro de los rumores que rondaron a Guerra mundial Z: los problemas de convivencia entre él y Foster. “Estuvimos todos los días allí, trabajando”, fue la escueta respuesta del protagonista de Bastardos sin gloria, ante la consulta si era cierto que él y el director de Quantun of solace llegaron a un punto donde no se hablaban, el que se había visto incrementado con pequeños y grandes escollos, como cuando el gobierno de Hungría decomisó armas que se usarían en las escenas de acción.

Sin embargo, después de seis años la cinta de US$ 170 millones estuvo lista y, tras un cambio de fecha de estreno -del 21 de diciembre de 2012 al 21 de junio de 2013-, Pitt pudo comenzar a respirar y declaró como resumen de su aventura que: “Estas películas son muy intrincados rompecabezas y tienes que mantener sus mecanismos en tensión y luego disparar a todos en el momento justo. Les dan mucho más crédito a los dramas. Pero en estas películas también estás provocando emociones, aunque más medidas”. Lo que no sabía, al confiar esto a Entertainment Weekly, era que su cinta todavía debía superar un problema: para que fuera exhibida en China necesitaban cambiar el lugar en que surge la enfermedad, por lo que en la versión para Oriente la cepa infectada ya no será china, sino rusa.

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