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viernes, 8 de septiembre de 2017

Baby: El Aprendiz del Crimen Una película conducida por la música

LA HISTORIA

Baby (Ansel Elgort), es un conductor de cara inocente que lleva a criminales del punto A al punto B, con aire temerario y una banda sonora propia en su cabeza. Eso es porque tiene la ruta de escape trazada al ritmo de canciones específicas que salen de su iPod, directas a sus oídos y que convierte en giros de 180 grados expertamente sincronizados, cambios de marcha y maniobras de evasión haciendo que sus pasajeros, ya curtidos en riesgos, vivan el viaje de sus vidas.

Baby trabaja para Doc (Kevin Spacey), un pez gordo en racha asaltando bancos a plena luz de día, en parte gracias a la pericia al volante de Baby. Doc cuenta con otros profesionales como Buddy (Jon Hamm), antiguo agente de bolsa convertido en criminal, Darling (Eiza González), la joven desenfrenada y escandalosa cómplice de Buddy, y Bats (Jamie Foxx), un impulsivo pistolero cuyas sospechas sobre Baby, tanto de su actitud como de su aptitud, empiezan a generar problemas en la operación que hasta entonces iba suave como la seda.

La apariencia de Baby, las gafas de sol, su indiferencia y los auriculares que siempre lleva, pueden sugerir que el trabajo le viene grande, pero nadie le iguala cuando se trata de persecuciones. Y aún así la turbia demanda de su don, y lo que está haciendo con él, empieza a hacer mella en su sentido del bien y del mal, especialmente cuando se enamora de la dulce camarera Débora (Lily James), pero un trabajo condenado a la perdición amenaza su oportunidad en el amor y la felicidad alejado de su arriesgada profesión.

¿QUIÉN ES BABY DRIVER?

Es molón pero algo ingenuo. Joven pero mayor de espíritu. A veces algo graciosillo pero muy centrado cuando es necesario. Increíblemente bueno en su trabajo pero no siempre consciente de las repercusiones de lo que hace. Ese es Baby, interpretado por Ansel Elgort, un personaje creado por Edgar Wright para que el espectador mire a través de los ojos de un criminal, pero que también experimente las verdaderas consecuencias de ese mundo.

“La película empieza con el sueño de ser conductor experto en fugas, pero rápidamente se convierte en la pesadilla de ser un criminal”, dice Wright. “La persecución que abre la cinta está organizada con una precisión de pieza de relojería. Todo funciona a la perfección. De repente las cosas empiezan a torcerse y no tardan en aparecer consecuencias sangrientas. Nubes de tormenta se han ido acumulando a lo largo de la película. En cualquier momento la suerte de Baby se va a acabar”.

El Baby que conocemos al principio de la película, escondido tras unas gafas de sol, enchufado al iPod y un diablo al volante, es probablemente el mejor aprendiz de una banda de la historia. “Este niño es un crack, pero no es el núcleo duro de la banda” dice Wright. “De hecho se sienta lo más alejado posible de ellos porque no quiere ser parte del grupo. Piensa, erróneamente, que puede ser el conductor pero no un criminal. Tipo, ‘Yo sólo soy el mensajero. No tengo nada que ver con lo que se está cociendo’. Las escenas de acción son el día a día de Baby y creo que muchas personas en trabajos parecidos se acaban protegiendo con un personaje que crean. Después cuando llegan a casa son totalmente distintos”.

“Es un thriller de acción común ejecutado de una forma que no se había hecho antes. Hay persecuciones, secuencias de acción intensas, tiroteos… y todo al ritmo de más de 30 canciones que Edgar había reunido incluso antes de terminar el guion”, dice el actor Ansel Elgort.

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