«Te debo mucho», le confesó en una ocasión Barack Obama al director de cine Spike Lee. Una de sus películas, ‘Haz lo que debas’, fue la excusa para que en 1989, el entonces joven abogado saliera con Michelle Robinson, su supervisora durante sus prácticas en un despacho de Chicago. En un cine del Sur de la Ciudad del Viento, Barack se animó a tocarle la rodilla. Unos años más tarde, se convertirían en los Obama. Eran los tiempos en los que llegar a la Casa Blanca ni siquiera formaba parte de un sueño.
Esa sesión de cine y el resto de su primera cita es la historia que cuenta ‘Southside with you’, una comedia romántica dirigida por Richard Tanne y centrada en el primer capítulo del amor entre Barack y Michelle Obama, la pareja más poderosa del mundo.
La cinta se estrena mañana en EE.UU., después de su paso a comienzos de año por el festival de cine de Sundance, el más importante de EE.UU., donde obtuvo críticas muy positivas. La película estaba destinada a una distribución minoritaria, en el circuito de las salas dedicadas al cine menos comercial, pero la buena recepción en el festival que organiza Robert Redford y la importancia del momento político -la recta final del segundo mandato de Obama, su despedida de la Casa Blanca- la han aupado a que se proyecte en grandes cines de todo el país. Según Miramar y Rodaside Attractions, que tienen los derechos, se podrá ver en más de 800 cines de todo el país. No hay duda de que los altos índices de popularidad quegoza Obama en estos momentos han tenido que ver con esa decisión.
La película, sin embargo, nos devuelve a un momento en el que Obama era un donnadie, un joven licenciado por Harvard, que arrancaba su ejercicio de la abogacía y su trabajo como activista social. Michelle Robinson también había estudiado Derecho en Harvard -y antes de ello, en Princeton- y ya llevaba un tiempo en Sidley & Austin, uno de los mejores despachos de abogados de Chicago y donde recaló Barack para hacer sus prácticas de verano.
Él la cortejó con insistencia y ella le rechazó hasta donde pudo: salir con el becario comprometía sus aspiraciones profesionales. Una mujer joven y negra ya lo tenía suficientemente complicado en un mundo de hombres blancos como para empezar a salir con el primer joven negro apuesto que entraba por la puerta.
Pero la cita finalmente se produjo: hubo una visita al museo, la película de Spike Lee, un helado compartido y un beso. Es un día de amor primerizo cualquiera, en los veranos calurosos de Chicago -la película arranca conMichelle aplicándose desodorante antes de la cita-, con el Sur de Chicago de fondo: una zona afroamericana, conflictiva, donde Michelle se crió y donde Barack, con su trabajo social, puso la primera semilla en su escalada hacia la Casa Blanca.
«El 90% de lo que ocurre en la cita se ajusta a la realidad», explicó en su día Tanner, que incluyó una escena -que en realidad ocurrió otro día- en la que Barack da una charla en una reunión vecinal donde se adivina su potencial para el servicio público. Pero la política está casi al completo fuera de la película, que se centra en la historia de amor.
Las críticas celebraron el trabajo de los protagonistas, Tika Sumpter y Parker Sawyers, que guardan un parecido muy logrado con los personajes reales y que muestran una química similar a la de Michelle y Barack Obama en sus apariciones públicas. En una de ellas, quizá la más histórica, la celebración de su victoria en las elecciones de 2008, Barack presentó a su mujer como «mi mejor amiga de los últimos 16 años, la roca de nuestra familia, el amor de mi vida y la nueva primera dama de EE.UU». La película muestra el germen de ese amor, el de la primera pareja de EE.UU., pero que puede ser el de cualquier romance de verano.
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