Por un lado, tomas aéreas del Salar de Uyuni, la Isla del Sol y del Parque Madidi. Por otro, imágenes de suelos agrietados, peces muertos que ya no hallan agua donde nadar y botellas de plástico acumuladas en espacios periurbanos.
Belleza y destrucción se reflejan en los 20 minutos de imágenes y música instrumental del primer documental de los cinco que ha realizado Planeta Bolivia, presentado ante 300 espectadores en el Mega Center de la ciudad de La Paz, el 23 de agosto.
La primera pieza audiovisual tiene un carácter introductorio y lleva el mismo nombre que el proyecto, explica Carlos D. Mesa en la ceremonia previa al estreno. La segunda es Tierra; la tercera, Agua; la cuarta, Cambio climático; y la última, Ciudades. Él recalca que el 70% de la población es urbana y que esto genera problemas ambientales equivalentes a la deforestación, en un país donde cada cinco minutos se queman espacios del tamaño de una cancha de fútbol.
Expectativa en el ambiente
Son casi las seis de la tarde. El antropólogo Ramiro Molina Barrios, el ambientalista Juan Carlos Enríquez y el periodista Carlos D. Mesa, amigos de hace más de 20 años y quienes idearon el proyecto en 2013, están en el hall del cine supervisando la presentación. Los dos primeros trabajaron en la redacción de la Ley del Medio Ambiente de 1992 y hoy aportan al resguardo de la naturaleza con una iniciativa personal.
El periodista Mario Espinoza, que participó en la realización de los documentales a través de su productora Plano Medio, ha llegado temprano y le avisan que no será necesaria la invitación para entrar. El estreno se ha difundido abiertamente por las redes y las puertas se abrirán 10 minutos antes de las siete. Cuando llega dicha hora, los asistentes hacen fila sobre la alfombra roja que se dirige a la sala número 10. La invitación decía que la exhibición sería en la sala cinco, pero se ha optado por un lugar con el doble de asientos que el inicial: 300.
Con su folleto con datos del proyecto en mano, buscan un asiento figuras como el exalcalde paceño Juan Del Granado, el historiador Mariano Baptista, el periodista Jimmy Iturri, el politólogo Salvador Romero y la cantante Verónica Pérez. El director de los documentales, Marcos Loayza, saluda a la gente que encuentra a su paso.
Los representantes de los financiadores del proyecto, el Banco de Desarrollo para América Latina, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Cooperación Suiza y el Banco FIE de Bolivia, ya están en sus butacas aguardando el estreno.
Lo innovador de Planeta Bolivia
"Igual que sólo tenemos un planeta, el planeta Tierra, sólo tenemos este planeta Bolivia, ese 1.098.581 kilómetros cuadrados, 11 millones de habitantes, su extraordinaria biodiversidad. La posibilidad de pensar este planeta Bolivia de presente y hacia el futuro depende de nosotros”, así explica Mesa el nombre del proyecto en la ceremonia de presentación.
Tanto el exmandatario como Ximena Behoteguy, presidenta del Banco FIE, inciden en que el documental no señala culpables específicos ni propone soluciones, pero sí busca interpelar a todos los bolivianos para que se sientan responsables de los problemas medioambientales.
El objetivo de no "culpabilizar” a nadie se logra gracias al tratamiento narrativo de los documentales, que prescinden de narrador y entrevistas. Ramiro Molina, quien trabajó en numerosas investigaciones relacionadas al medioambiente, notaba que éstas y los productos audiovisuales, a pesar de su "calidad notable”, sólo llegaban a un "círculo reducido”. El antropólogo propuso a Mesa y a Enríquez buscar otro formato para los filmes y así "llegar a la gente común”.
Los tres realizadores explican que los documentales y la información del proyecto serán de acceso gratuito gracias a YouTube, una página web, Facebook y otras redes sociales. La estrategia de difusión seguirá un plan de ocho meses.
Los impulsores de Planeta Bolivia esperan que la audiencia se exprese y realice propuestas a través de las redes, para que luego sean debatidas en foros públicos. También se exhibirán y comentarán los filmes en más de 100 municipios rurales y en 50 escuelas de todo el país; para ello están preparando material didáctico complementario.
Los tres realizadores coinciden en que "la gente se ha sentido tocada” por el documental. Enríquez cuenta que algunos le dijeron que han tenido ganas de llorar durante la proyección; y eso es lo que querían lograr, que "la gente se preocupe”.
"Al salir, me he sentido sucia de saber que nosotros le hacemos eso a nuestro planeta”, comenta la universitaria Andrea Rodríguez.
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