La inauguración de las multisalas de cine, así como la proliferación de DVD piratas, son un par de factores que han afectado la economía de la Cinemateca Boliviana Nacional, al menos, así supone Mela Márquez, directora de dicha entidad.
Márquez aclaro que la Cinemateca no está en quiebra, simplemente hay problemas de sostenibilidad, normales en instituciones similares, que, aparte de mantenerse por su propia cuenta, sin apoyo del Estado, enfrentan competencias desleales.
“Tenemos alrededor de 30 funcionarios, aparte de las cuentas mensuales”, aclara la Directora, explicando que es difícil completar el presupuesto necesario, por lo que “buscamos generar varias actividades alternativas, entre ellas la subasta, que no es la única”, manifiesta.
La Cinemateca procura generar recursos de distintas fuentes, pero siempre relacionadas con el arte. Así, hay proyectos con diversos países y la cooperación internacional. Por ejemplo, “un proyecto de rescate del imaginario, dentro de lo que es el rescate del patrimonio en toda Bolivia, financiado por el AECID, que representa 70.000 euros”, añade.
Antes la Cinemateca exhibía filmes que no se podían ver en ningún otro lugar; en la actualidad, sin embargo, “la piratería nos está perjudicando, ya que se puede encontrar películas de Buñuel o Kurosawa en cualquier puesto de la calle”, indica Márquez.
Por eso, el fin de la subasta es generar recursos que fortalezcan la institución, “y es una iniciativa que no se aleja del arte”, recalca la cineasta, “pues cuenta con el apoyo de grandes pintores, como Pérez Alcalá, Keiko González, Juan Pablo Calero, Patricia Mariaca y Mamani Mamani, entre otros”.
Muchos de los cuadros son inéditos y otros pertenecen a catálogos antiguos. Eso sí, “todos los artistas los cedieron con mucho cariño y solidaridad”, finaliza.
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