Mostrando a la Bolivia de las dictaduras y el racismo, reflejada en dos magistrales filmes, “Las banderas del amanecer” (Jorge Sanjinés, 1982) y “Martín de las crujías” (Eduardo López, 1992), ayer se inició con lleno total el I Festival de Cine Documental Latinoamericano “A cielo abierto”, actividad que se efectuará hasta el domingo y con entrada libre en el teatro al aire libre del Centro Simón I. Patiño (Av. Potosí No. 1450), entidad organizadora. En el acto de inauguración se efectuó un reconocimiento a la trayectoria de López y se presentó al ganador del Fondo Simón I. Patiño a la Producción Documental. Los 10 mil dólares del fondo fueron otorgados al videasta potosino Sergio Estrada López, quien presentó el proyecto documental “Con la noche adentro”, de temática minera. La actividad sigue hoy la proyección de varios filmes, entre éstos el multipremiado “La Chirola”, de Diego Mondaca (La Paz, 1980) quien es también coordinador académico del acontecimiento. Sobre la historia de Pedro Cajías, exguerrillero y recluso en La Paz, entre otras temáticas, dialogó OPINIÓN con el cineasta.
P. ¿Cuál el recorrido de “La Chirola” hasta llegar a “A cielo abierto”?
R. “La Chirola” tiene 27 premios en festivales internacionales y alrededor de unas 50 selecciones. Llega por tercera vez a Cochabamba, la primera proyección fue en la Universidad Católica, la segunda en el marco del “Documentas”, actividad de la Alianza Francesa; y ahora fue seleccionada para ser parte de la muestra de cine boliviano de “A cielo abierto”. Era una inquietud que tenía, una voluntad de que el documental se muestre más en Cochabamba, donde tuvo buena acogida. También estamos tratando de mover el filme un poco más por el país, nos lo demandan mucho, pero lamentablemente no tengo tiempo para dedicarme a esto, entonces aprovecho cualquier oportunidad para mostrarlo, en este caso es una alegría especial.
P. ¿Qué aporta su filme al documental boliviano?
R. No sé, decir que es un aporte ya es bastante pretencioso, eso lo juzgará el público, la gente un poco más entendida en el tema de la crítica. Lo que nosotros hemos tratado de hacer es reflejar un tema que agobia a una como a muchas personas. La película es un retrato de Pedro Cajías. Ahora, si la película llega a ser considerada como un aporte para el documental boliviano, es algo que nos halaga mucho. Ésta es una evaluación que todavía no quisiera hacer.
P.En el nuevo filme que prepara, ¿habrán continuidades técnicas y temáticas con “La Chirola”?
R.Sí, ya hemos finalizado el siguiente documental, estamos tratando de cuadrar el tema de presentaciones y postulaciones a festivales, tenemos ya algunas convocatorias e invitaciones. Éste es un documental que se filmó en el interior de la cárcel de San Pedro de La Paz, se llama “Ciudadela”. Está hecho con el mismo equipo con el que filmamos “La Chirola”. Tiene una continuidad conceptual y temática, pero es otra forma de abordar el tema. Es distinto en forma y contenido. Guardamos un concepto que queremos continuar con una suerte de trilogía sobre la libertad y la residencia humana. El documental está totalmente finalizado, estamos tratando de cuadrar las presentaciones, es un tema que hay que verlo con cuidado, ver por ejemplo la sala adecuada, también quisiera hacer una presentación en San Pedro, pero todavía no quisiera adelantar nada.
El documental, un gesto creativo
P. Bolivia es un país de profundas contradicciones, además de exuberante belleza natural, entonces un gran país para el documental. ¿Por qué el género ha decaído en su producción desde los 80?
R. Eso sucede en función a la formación que ha habido. No hay formación de cineastas. Es muy difícil que el cineasta se forme solo, las condiciones económicas y de educación no dan como para que haya un cineasta autodidacta. La consecuencia de que desde los 80 no haya una continuidad del cine en general, no solamente del documental, es porque no hay escuelas de cine, no hay espacios de formación, no existían. Ahora existe la Escuela La Fábrica en Cochabamba y la Escuela de Cine en La Paz que han tenido periodos buenos, pero que ahora están cayendo en un periodo flaco, esperemos que se reactiven. También sufrimos la falta de de festivales, de espacios concretos donde uno pueda intercambiar su trabajo, mirada y realidades; generar contactos. Justamente esta es una motivación importante para poder generar en el festival. Uno de los grandes objetivos es la formación y la apertura de debates, de visiones en lo que respecta a talleres, seminarios, etc.
P. ¿Cómo se han elegido los filmes para el festival?
R. El festival se está centrando más en el documental creativo, en ese sentido hemos tratado de mostrar una variedad de temáticas y estilos del documental. Hemos hecho un Festival Latinoamericano, no es global todavía, pero se tiene una linda selección de temáticas y formas de abordaje, más que todo para abrir un panorama del documental, sobre la diversidad y capacidad creativa que se tiene, y el aporte creativo constante que da. El documental, más allá de ser un formato, es un gesto creativo, y es el documental desde donde también últimamente se están haciendo muchas más cosas, no solamente a nivel técnico y de lenguaje cinematográfico, sino también que se está hablando mucho más del mundo y de la vida (...).
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