Penélope Cruz fue la más envidiada esta noche en el preestreno de "Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides", filme en el que escenifica un romance con el personaje de Johnny Depp, un actor que levanta pasiones y que fue aclamado por miles de fans.
La cuarta entrega de la conocida saga tuvo su puesta de largo en el parque Disneyland de Anaheim, en el sur de California, donde por unas horas Mickey Mouse fue sustituido por calaveras, banderas piratas y grupos de funámbulos de parche en el ojo y pata de palo.
La tradicional alfombra roja se tiñó de negro para honrar la película y cubrió un kilómetro de la avenida principal que conduce al castillo de la Bella Durmiente que preside el popular recinto turístico.
"Es más larga que la de los Óscar", dijo Cruz poco antes de que diera comienzo la primera proyección oficial del esperado largometraje en 3D, que se celebró al aire libre. La actriz española fue muy reclamada por los numerosos medios de comunicación llegados de todas partes del mundo para el evento, así como por las alrededor de 20.000 personas que se congregaron en las gradas dispuestas a lo largo del recorrido vistiendo un pañuelo pirata sobre las orejas del popular roedor de Disney. La mayoría de los asistentes, no obstante, acudieron específicamente al parque para ver de cerca a su ídolo Johnny Depp, quien se hizo esperar pero finalmente compareció.
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