Las máquinas proyectoras antiguas todavía se mantienen en los ambientes del “Gran Rex”, sin embargo, son reliquias abandonadas en medio de rollos de películas.
En un tiempo, la ciudad de Tarija llegó a tener tres cines que funcionaban simultáneamente y albergaban a miles de tarijeños. Los chapacos guardan gratos recuerdos de lo que fueron las primeras salas de cine y la magia del séptimo arte.
El cine en Tarija nace en la década de los 40 del siglo pasado con la inauguración del salón “Imperio”, donde se proyectaban películas en blanco y negro. Estaba ubicado en el colegio San Luís, en donde era la antigua capilla de los jesuitas. Sólo existían butacas de madera para el público.
Luego, en ese mismo lugar se inauguró el cine “Hollywood” y, posteriormente, el “15 de abril”, al finalizar la década de los 40. En primera instancia, el local era en de propiedad de Alberto Velasco, pero en la década del 50 fue modernizado y pasó a ser propiedad de una sociedad conformada por Eugenio Frigerio y Humberto Navarro.
El cine modernizado en aquella época tenía palcos, galerías, anfiteatro y cuneta o platea. Las paredes tenían pinturas de Miguel Ángel y otros artistas. A partir de allí mejoró mucho la calidad de las imágenes de las filmaciones.
Las primeras películas proyectadas en el cine fueron de Estados Unidos como “El Mago de Oz”, “El despertar del mundo”, “Sangre y Arena”, “Ladrón de Bagdad”, “Simbad el Marino”. También se difundían filmaciones argentinas y mexicanas, como las de Mario Moreno “Cantinflas” y Jorge “Negrete”.
Las funciones se realizaban en matinal, matinée, tanda y noche. Los fines de semana se proyectaban dos películas por el precio de una, y la gente abarrotaba la sala en la denominada “noche popular doble”.
El cine “15 de Abril” pasó posteriormente a propiedad de Rubén López y estuvo abierto al público hasta finalizar la década del 50. Sin embargo, a las proyecciones cinematográficas asistían menos público porque se abrieron dos nuevos cines: el “Edén”, de Manuel Arraya, que funcionaba en la calle Virginio Lema, a media cuadra de la plaza Sucre, y el “Gran Rex”, de la sociedad integrada por los señores Borda Reyes, Carlos Moscoso y Rafael Zamora. Estaba ubicado en la calle La Madrid, frente a la iglesia San Francisco.
Luego apareció una nueva sala de cine, de propiedad del señor Bustamante que se llamaba “Avenida” y estaba ubicado en la avenida Potosí. Tenía un tinte más popular y funcionó hasta la década de los 80. Mientras tanto, el cine “Edén” pasó a llamarse “Universal” en los años 90.
También aparecieron los denominados “cines chicos”, como el “San Martín”, que se inauguró en los años 50 y estaba ubicado en lo que actualmente es la sede de la Central Obrera Departamental (COD), en la calle Daniel Campos. También el cine “Antoniano”, que pertenecía a los sacerdotes franciscanos, pero funcionaba esporádicamente en el edificio Antoniano. Además apareció el cine “Sabuey”, frente al Mercado Central.
Las salas de cines también funcionaban para llevar adelante espectáculos de cultura, presentaciones de colegios, coronaciones de reinas para el Carnaval, funciones de magos y artistas de canto y baile.
En los hechos se convirtieron en espacios para el encuentro cultural y social de la capital chapaca. Las personas realizaban sus encuentros alrededor de las salas de cine al igual que cuando salían a la plaza los domingos, después de realizada la misa religiosa. Fuera de las salas de cine se apostaban vendedores de revistas y golosinas, que ofrecían su producto a quienes ingresaban a ver un filme.
Los cines en Tarija funcionaron hasta finales de la década de los 90, luego empezó su declive. Hubo un gran vacío de aproximadamente cinco años para que Tarija volviera a sentir las películas en pantalla gigante. Recientemente, el año 2010 apareció el nuevo cine de dos salas denominado “De la Torre”, en la avenida Los Membrillos.
Muchos tarijeños de la actualidad recuerdan a los que vendían boletos y trabajaban en los cines, como por ejemplo “Miguelito” y los hermanos Segovia. Uno de ellos todavía se dedica a la labor del séptimo arte en el nuevo cine instalado en Tarija.
(RECUADRO)
LAS RELIQUIAS ABANDONADAS
EL NACIONAL logró visitar los ambientes del cine “Gran Rex”, uno de los llamados “históricos” en la capital chapaca. Esta sala todavía mantiene la mística cinematográfica de antaño, pues para ingresar a la sala de proyección se debe subir por unas antiguas gradas de madera.
Mantiene los detalles antiquísimos en las paredes de sus salones y en la fachada principal, incluso todavía se puede apreciar el cartel en el cual está escrito el nombre del cine. Está deteriorado, pero cualquiera que pasa puede distinguir “Gran Rex” con letras rojas.
Lo que llama la atención es que en la sala de proyecciones están dos máquinas proyectoras y alrededor los rollos de las películas que quedaron como reliquias de lo que alguna vez fue un centro de diversión y encuentro para las familias tarijeñas.
Uno de los rollos tiene el nombre de una película antigua “Honor y Gloria”, sin embargo, yace botado debajo de una mesa. También se ven otros “celuloides” pegados en la pared y se pueden distinguir escenas de lo que fue alguna obra fílmica.
Ambas máquinas todavía pueden funcionar, según el comentario de personas que trabajaron con esos equipos, pero quedaron abandonados en ese lugar sin que nadie los reclame, aunque son parte de la historia del cine en Tarija.
“Las salas de cine también funcionaban para llevar adelante espectáculos de cultura, presentaciones de colegios, coronaciones de reinas para el Carnaval, funciones de magos y artistas de canto y baile”.
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